Salah Abdeslam, uno de los cerebros de los atentados de París, fue arrestado el viernes en Bruselas. Desde los atentados de París era buscado por toda Europa. Pero hay sospechas de que nunca salió de Bruselas, donde habría sido protegido por los numerosos círculos yihadistas afectos en el Estado Islámico de la ciudad. Podría haber pasado todo este tiempo en su barrio, en Molenbeek, una zona multirracial, pero con fuerte presencia islamista. Con un 30% de inmigrantes, muchos de ellos marroquíes, y un 30% de paro, muchos jóvenes de Molenbeek se han sentido atraídos por el radicalismo islámico, aunque en el barrio hay asociaciones de vecinos muy activas contra estos grupos radicales.

El refugio

Salah Abdesalam y su hermano Ibrahim, uno de los kamikazes de la sala Bataclan, vivían en el barrio de Molenbeek, pero allí también había diversos de sus cómplices. Los atentados de París del 13-N fueron coordinados, a través del móvil, desde Bruselas, por Belkaid Mohamed, el hombre que murió hace una semana en un tiroteo con la policía en Forest, en los alrededores de Bruselas. Del barrio de Molenbeek han salido muchos combatientes que han luchado en Siria y en Irak. Durante algún tiempo las autoridades belgas toleraron esta situación, ya que creían que los islamistas que se marchaban suponían un problema menos para Bélgica. Pero con el tiempo se ha evidenciado el error. Muchos han vuelto radicalizados y su ejemplo ha ayudado a reclutar jóvenes militantes para el Estado Islámico. Los registros de la policía belga en ambientes islamistas de la ciudad se han resuelto con la incautación de muchas armas.

Acusaciones contra Bélgica

Las autoridades belgas han recibido críticas por su gestión de la crisis terrorista. En primer lugar, Salah Abdeslam entró en Bélgica después de los atentados de París sin ser molestado, aunque su coche fue parado por la policía. Pero, además, dos días después el piso donde se alojaba en el barrio de Molenbeek fue identificado por la policía belga. A pesar de todo, la policía esperó en qué amaneciera, porque la ley belga no permite entrar en los domicilios para hacer registros de noche. En este tiempo, Abdeslam huyó. El gobierno aseguró que habría un cambio legal para modificar esta ley, que no se adapta a las necesidades actuales de la lucha antiterrorista. Además, los servicios de inteligencia belgas cometieron un error grave de apreciación al considerar que el piso de Monte donde se alojaba Salah Abdeslam estaba vacío: el terrorista pudo huir gracias a este patinazo y cuatro policías resultaron heridos. Uno de los cómplices de Abdeslam, que en aquel momento estaba en el piso y que huyó por los terrados, todavía no ha sido localizado por la policía.