Las políticas europeas de protección al lobo han funcionado los últimos años, y por eso la Comisión Europea plantea cambiarlas. Concretamente, se quiere modificar el estatuto de protección del lobo para que pase de estar "estrictamente protegido" únicamente "protegido", y actualizar el marco jurídico para introducir una mayor flexibilidad en la gestión de las poblaciones de este animal. Sin embargo, algunas entidades ecologistas denuncian que el cumplimiento de esta protección no ha sido igual y rebajarla podría ser contraproducente en algunas regiones. Por ejemplo, recientemente, en Andalucía se ha dado por desaparecido oficialmente el lobo ibérico.
La Comisión ha alegado que el estatuto de protección del lobo se adoptó en 1979 -en virtud del convenio internacional de Berna sobre la conservación de la fauna y flora silvestres y los hábitats naturales de Europa-, teniendo en cuenta los datos científicos disponibles en el momento de las negociaciones. Sin embargo, ha asegurado que, según los datos recogidos recientemente, las poblaciones de lobos han incrementado "considerablemente" en las últimas dos décadas y plantean nuevos retos, especialmente en algunos territorios de la UE donde han aumentado los ataques al ganado.
Así, Bruselas instó a las autoridades nacionales y locales a adoptar las "medidas necesarias", con el apoyo comunitario, y al mismo tiempo les ofrece una "perspectiva clara" que incluye nuevas flexibilidades de gestión de estos grandes carnívoros cuando las herramientas existentes resulten insuficientes. "La reaparición de los lobos es una buena noticia para la biodiversidad en Europa. Pero la concentración de chorreos de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real, especialmente para el ganado", dijo a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Críticas en la medida
La organización ecologista WWF pidió a los países de la UE rechazar esta propuesta, ya que considera que está motivada por "razones personales" de Von der Leyen y que no tiene "justificación científica", ya que defiende que el lobo no ha conseguido un estado de conservación favorable a la mayoría de los estados miembros.
"La presidenta Von der Leyen está sacrificando deliberadamente décadas de trabajo de conservación para su beneficio político, obteniéndose resonancia de los intentos de sus aliados políticos de instrumentalizar el lobo como chivo expiatorio de los problemas socioeconómicos de las comunidades rurales", ha alegado en un comunicado responsable de políticas de biodiversidad de WWF, Sabien Leemans