Las placas de pizarra en forma de búho de hace 5.000 años localizadas en tumbas prehistóricas en el sureste de la península Ibérica podrían haber sido hechas por niños y ser utilizadas como juguetes, según una investigación publicada este jueves por la revista Scientific Reports.
Liderado por Juan José Negro -investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC) a la Estación Biológica de Doñana (EBD)- y hecho por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), la Universidad de Huelva y la Universidad Complutense de Madrid, el estudio muestra una nueva visión con respecto al origen y el uso de estos objetos arqueológicos, según informa Efe.
Las placas de pizarra con representaciones de búhos fueron localizadas en tumbas y fosas de la península Ibérica y tienen entre 5.500 y 4.750 años. La mayoría (hay unas 4.000 en total) tienen dos círculos gravados con ojos y un cuerpo delineado en la parte de abajo que emula el plumaje.
"Los búhos son un grupo de especies de aves muy diferentes de todas las otras y se pueden reconocer fácilmente". Por su "peculiar anatomía se han representado siempre desde los primeros grabados en cavernas hace 30.000 años hasta ahora de la misma forma: mostrando su parte frontal, o con la cabeza girada y mirando al observador", dice Negro.
A lo largo de más de un siglo, los científicos y arqueólogos han especulado sobre el origen de estas placas y se creía que tenían un significado ritual y que representaban a deidades o personas que habían muerto. Pero después de reexaminar algunas de estas figuras, el equipo cree que podrían haber sido creadas por niños basándose en especies de búho presentes en la zona y que podrían haber sido utilizadas como muñecos, juguetes o amuletos.
Las similitudes con los dibujos de niños y niñas de 4 y 13 años
Los autores analizaron y clasificaron un centenar de figuras y las compararon con un centenar de dibujos de niños y niñas de entre 4 y 13 años, y observaron muchas similitudes. "Los niños de alguna forma han percibido que la esencia de un búho es este caparrot con dos ojos grandes que te miran. Les pintan así desde que son capaces de sostener un lápiz. A la prehistoria probablemente los representaron así desde que aprendían a grabar una piedra utilizando otra piedra", explica Guillermo Blanco, investigador del MNCN y coautor del trabajo.
En cuanto a los dos agujeros que las figuras tienen a la parte superior, los investigadores opinan que servían para poner plumas y representar los penachos emplomados, similares a las orejas, que tienen en la cabeza algunas especies de búhos presentes en la zona, como el búho pequeño o Asio otus.
"Estas placas de pizarra, tan características de la Edad de Cobre en Ibèria, pudieron ser parte del proceso de aprendizaje del manejo de objetos de piedra", sugiere Víctor Díaz. Investigador de la Universidad Complutense.
Que se hayan encontrado numerosas placas en contextos funerarios indica que también pudieron utilizar como tributo de los jóvenes a los difuntos, en aquellos que regalaban objetos que habían sido fabricados por ellos mismos o los cuales tenían ama|estima, según el estudio. Además, estas figuras podrían aportar información sobre el comportamiento infantil a las sociedades de la Edad del Cobre.
Para el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Sevilla, Leonardo García Sanjuán, este trabajo es "de una gran simplicidad conceptual y metodológica" porque solo ha analizado unas cuantas placas de todas las que tienen motivos biomórficos que, al mismo tiempo, solo son el 8% de estos objetos arqueológicos.
El catedrático, citado por Science Media Center de España, también critica la conclusión de que estas representan aves nocturnas porque -apunta- se basa en "apreciaciones subjetivas" de los autores, como la idea de que fueran realizadas por niños después de compararlas con dibujos actuales de niños de 4 a 13 años.
Para este catedrático, "la idea subyacente en este trabajo, derivada de un eurocentrismo condescendiente abandonado hace más de un siglo, es que el arte prehistórico es infantil".