El Ayuntamiento de Calafell ha decidido prohibir que los supermercados puedan vender bebidas alcohólicas entre las 22 horas de la noche y las 8 horas de la mañana. Es una de las medidas recogidas a una serie de cambios normativos aprobados al pleno municipal para reducir el consumo de alcohol. El consistorio también especifica que queda prohibido el consumo en la vía pública, y solo se podrán coger bebidas a las terrazas de los bares o a las fiestas populares si tienen una autorización explícita. En este último caso, el Ayuntamiento remarca que las bebidas solo se podrán consumir en el recinto de la fiesta, y los establecimientos de alimentación no tendrán excepciones para vender alcohol aquella noche.
Estas prohibiciones se han incorporado a las ordenanzas de convivencia ciudadana y de uso de los espacios públicos de Calafell. En el caso de los supermercados, aparte de prohibir la venta de alcohol a partir de las 22 horas, también se establece que tendrán que cerrar a aquella hora entre septiembre y el 23 de junio. Durante el verano, podrán abrir hasta las 23 horas. Con respecto a los establecimientos de restauración que ofrecen comer para llevarse o a domicilio, tendrán que cerrar de 2 horas a 7 horas. Las modificaciones han sido aprobadas por unanimidad del pleno y ahora se abre un periodo de 30 días para presentar alegaciones. Si no de ello hubiera, quedaría aprobado de forma automática.
El objetivo de esta medida es intentar dificultar que la ciudadanía puedan practicar botellones y que se produzcan desórdenes en la vía pública que causan molestias a los vecinos. En Barcelona, la capital catalana ya dio este mismo paso. En 2022, el gobierno de la alcaldesa Ada Colau propuso restringir también la venta de alcohol para favorecer la convivencia y reducir el incivismo. Todo después de unas fiestas de la Mercè que dejaron imágenes sorprendentes de miles jóvenes llenando las calles barcelonesas haciendo botellones hasta altas horas de la noche.
En Barcelona, una hora más bien: de 23 horas a 22 horas
En la capital catalana, la normativa anterior había establecido las 23 horas como límite para vender alcohol en los supermercados. Pero el cambio en la normativa el año pasado ha avanzado este máximo horario hasta las 22 horas. El gobierno de Jaume Collboni ha mantenido esta restricción desde su llegada al ejecutivo, como uno de los puntos principales de su Plan Endraça, que se ha puesto por objetivo reducir la inseguridad.