Fue una decisión que generó muchas críticas al Govern y especialmente al conseller de Educació, Josep González Cambray, tanto por su contenido, que modificaba lo que venía siendo una costumbre, la vuelta a la escuela después del 11 de septiembre; como por las formas, ya que se decidió de manera unilateral y se anunció antes de comunicarlo a docentes y equipos directivos. Con todo, sin embargo, mañana 5 de septiembre los niños de Catalunya vuelven a la escuela, más bien que nunca. Y el conseller Cambray, que durante la semana ha conseguido llegar a un acuerdo con los sindicatos para evitar que las huelgas que marcaron el curso anterior se repitieran al principio de este, ya ha adelantado que el nuevo horario se mantendrá si se constata que es una buena medida para,el alumnado, tal como ha confirmado en Catalunya Ràdio. Concretamente, el Conseller ha subrayado que se evaluará la iniciativa y que, si se entiende que ha ido bien, tal como él cree que será, se seguirá implementando.
Celebra el acuerdo con los sindicatos
Al mismo tiempo, Cambray ha vuelto a celebrar el acuerdo "histórico" con los sindicatos, que pone punto final al conflicto de los últimos meses: "Hacía más de 20 años que no teníamos un acuerdo unánime entre todos los miembros de la mesa sindical", ha constatado en la misma línea que jueves, cuándo se anunció el acuerdo. Para poder conservar este acuerdo, el republicano ha defendido que su departamento seguirá hablando y dando respuesta a todas las reivindicaciones" del sector educativo, pero que esta última acuerdo da respuesta a su "principal reclamación", la reducción de una hora lectiva de los profesores a partir de enero, hecho que obligará a contratar miles de docentes. En definitiva, la conselleria seguirá hablando y negociando" con todo el mundo: "Cuanto más acuerdos, mejor. Y seguirán viniendo".
El nuevo curso también estará marcado por el uso del catalán a las aulas y por la sentencia que obliga aplicar un 25% del castellano. Sobre este hecho, Cambray ya se pronunció el pasado jueves, al anunciar que ningún aula de Catalunya aplicaría el 25% de castellano, tal como han pedido los tribunales, una polémica que reavivó a partir del caso de la escuela de Canet de Mar, Turó del Drac. En este sentido, hoy ha recordado que es él quien asume las consecuencias de la decisión del Departament, aprovechando para reivindicar la nueva legislación catalana.
Cambray y la manifestación del 11-S
Cambray ha evitado entrar en una de las polémicas de la semana, cuando sólo faltan unos pocos días para la Diada de Catalunya. El president Pere Aragonès ya ha confirmado que no asistirá a la manifestación que llena el centro de Barcelona para reclamar la independencia de Catalunya, ya que considera que esta va más contra los partidos del Govern que contra el Gobierno y el Estado. Por su parte, el conseller de Educació ha echado pelotas fuera y no ha querido confirmar ni desmentir su asistencia, alegando que está muy ocupado preparando el inicio de curso. El otro conseller republicano que se ha manifestado en este sentido ha sido Joan Ignasi Elena. El titular de Interior ya ha informado de que no irá, ya que se encontrará en los Centros de Coordinación de los Mossos d'Esquadra, que seguirán la evolución de la manifestación. Por el contrario, todos los consellers de Junts ya han dicho que irán.