Pocas personas hay en Catalunya que no han pisado nunca un camino de ronda, estos caminos preciosos que recorren el litoral y ofrecen unas vistas inigualables. Ahora bien, seguro que mucha gente no sabe que estos caminos de ronda también existen en la Costa Bermeja, en la Catalunya Nord. Si se unieran todos estos caminos de ronda, habría un trazado continuo de 250 kilómetros desde Argelers de la Marenda hasta Malgrat de Mar, en el Maresme, y precisamente eso es lo que quiere la asociación Camí de Mar. Esta propuesta, que ya tiene el visto bueno de varios alcaldes de las zonas afectadas, pretende potenciar un turismo desestacionalizado y sostenible.

El proyecto de Camí de Mar

La asociación Camí de Mar se presenta como una entidad sin ánimo de lucro, con la finalidad de rehabilitar y reconectar todos los caminos de ronda de la Costa Brava, y se presentó por primera vez en el 1.º congreso de patrimonio de la obra pública que se celebró en Madrid y Toledo en septiembre del 2023. Fue entonces cuando se presentó la propuesta "Camí de Mar de la Costa Brava" detrás de la cual está Eduard Bonmatí (ingeniero de caminos, canales y puertos) y Josep Lluís Martínez Masferrer (licenciado en geografía e historia). La idea es crear el Camí de Mar, un único camino para conectar los que hay y que así se pueda recorrer el litoral costero sin interrupciones, desde el Pirineu al río Tordera.

Una ruta dividida en tres tramos

La ruta que proponen se dividiría en tres tramos: norte, central y sur, y de los 250 kilómetros totales, actualmente hay 155 que ya están hechos y en buen estado, 62 donde hace falta alguna intervención (hay ayuntamientos que ya trabajan en ello) y 33 donde hay que unir los caminos. Por ejemplo, tal como explica el portal del 324, en la playa de Portopí, en Tossa de Mar, ya se está trabajando, pero, en cambio, entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols, no hay camino.

En declaraciones en Catalunya Ràdio, Eduard Bonmatí explica que "el problema es que el camino está cortado en 85 puntos en la Costa Brava y en 1 en la Bermeja", y que, por lo tanto, estas discontinuidades son las que impiden recorrer los 250 kilómetros de costa sin dejar de ver el mar, que es lo que persiguen como reclamo turístico. A estas alturas, y por culpa de estas discontinuidades, los caminos de ronda están conectados con caminos de montaña. "Cuando acaba el camino de ronda, si sigues caminando te envía a la montaña", lamenta Bonmatí. El proyecto está en una fase inicial, pero ya ha habido encuentros de alcaldes de la parte francesa y la catalana, y ya se ha valorado la posibilidad de constituir un ente para gestionar el proyecto.