Un campamento para educar a los jóvenes de 11 a 21 años en el orden "y otros valores tradicionales de la milicia". Eso es lo que es el "Campamento de Orientación Cívico Militar Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán" que se hace en Navacerrada. Se trata de un campamento organizado por una entidad privada, pero que está gestionado por militares en activo y retirados, del ejército español y de otros ejércitos (el instructor es un soldado ruso que luchó en Afganistán).
El campamento tiende al mantenimiento del sentimiento de casta de los militares: el 50% de los que van son hijos de militares y de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Y se celebra con la plena colaboración de las Fuerzas Armadas.
El Ministerio de Defensa y el de Interior colaboran directamente con la iniciativa. Los jóvenes que participan en el campamento visitan varias unidades militares: el año pasado incluso pasaron por la escuela de helicópteros del ejército de Tierra, y por la base de la Brigada Paracaidista, y recibieron visitas de unidades de la Guardia Civil y de Sanidad Militar. A los niños que asisten a este campamento, además de prácticas de tipo militar, como pista americana, rappel y "marchas militares de endurecimiento", guardias e imaginarias..., se les programa "enseñanza práctica del uso militar y policial de la pistola, el fusil de asalto" (con armas Airsoft). Evidentemente, los chicos vestirán ropa militar durante todo el campamento.
En el Facebook del campamento se puede observar los mensajes reaccionarios que se difunden en este campamento: unos niños llevan una bandera española con un signo carlista con el mensaje: "Muy taurino, muy católico, muy flamenco, muy español". Pero la organización afirma, en su Facebook, que en el campamento no hay ninguna referencia a política ni a religión: "radicalmente cero". Eso sí, en el Facebook se puede ver cómo los niños cantan el ultra-reaccionario "Soy el novio de la muerte", el colonialista himno de la Legión. En una carta de despedida, leída en el campamento del año pasado, un coronel de Marina que había pasado por Navalcerrada aseguraba que a los chicos: "os han inculcado unos valores, a respetar a vuestra patria, a nuestra querida España y a la bandera que representa a todos los españoles". El discurso acaba, obviamente, con el grito de "¡Viva las Fuerzas Armadas!", "¡Viva el Rey!" y "¡Viva España!".