"En 24-48 horas se puede identificar un cuerpo, si todo funciona bien". El director del Institut de Medicina Legal de Catalunya, Jordi Medallo, nos recibe en su despacho con una hoja con un gráfico de cómo se identifican los cadáveres. Los que están enteros y la muerte es reciente, y los que están carbonizados o hace varios días que están en descomposición. Las pruebas de ADN son claves para saber exactamente de quién es el cuerpo que les acaba de llegar a la sala de autopsias.
Medallo hace 11 años que es director del Institut de Medicina Legal de Catalunya. Lo nombraron el día del incendio del Liceu, en el 2004. Es forense por vocación y echa de menos entrar en la sala de autopsias. Ahora, de vez en cuando, se pasea por el edificio y baja hasta los sótano donde se hacen los exámenes forenses y donde está el laboratorio en el que se hacen todas las pruebas.
El método que se utiliza, tanto para extraer las muestras de ADN, como para cruzarlas con otras muestras de familiares, objetos o del banco de ADN policial, es lo que se utilizó para identificar el cadáver del policía que encontraron quemado dentro del maletero de su coche en el pantano de Foix. En este caso ha sido determinante la prótesis que llevaba en la espalda.
El proceso
Cuando llega un cadáver sin identificar al Institut de Medicina Legal de Catalunya puede ser que haya sido una muerte reciente o bien que llegue en estado de descomposición, carbonizado o sólo haya restos.
En el primer caso, lo más habitual es extraer una muestra de sangre para obtener el ADN. Pero también se puede coger una muestra del hombro.
En el caso de los restos, los cadáveres en descomposición o carbonizados, se extrae una muestra del hombro, la médula o un diente, después de hacer un estudio dental. La dentadura es muy resistente al fuego.
"Pero este ADN no sirve de nada si no lo comparas con otro ADN que aporten personas vivas u objetos", dice Jordi Medallo. Por este motivo los forenses se ponen en contacto con la familia que ha reclamado el cadáver o que pueda suponer que el cuerpo es de un pariente suyo y se les extrae también una muestra de ADN de familiares (padres, hermanos o hijos). También se piden objetos personas de la víctima como cepillos de dientes, máquinas de afeitar, peine de cabello o material médico, en caso de que la víctima se haya hecho alguna biopsia. Pero todos estos objetos tienen que haber estado en contacto sólo con la víctima porque si no saldrá más de un ADN.
¿Pero qué pasa si nadie ha reclamado el cadáver?
Los forenses recurren al banco de ADN. A este archivo sólo tienen acceso las personas autorizadas y está controlado judicialmente. Acostumbra a tener muestras de personas fichadas por la policía.
También es clave la investigación policial. En caso de que la policía tenga indicios de quién puede ser la víctima se pueden poner en contacto con la familia. Hay dos hechos clave que explica Medallo: "Si la policía tiene sospechas de quién puede ser la víctima o si la familia ve las noticias y reclama el cadáver". "El cadáver lo encuentran en algún lugar, en unas circunstancias y la policía investiga y va relacionando las pistas", explica.
El historial médico de la víctima también ayuda y en algunos casos es clave: "Aparte del ADN miramos otras cosas para identificar a una persona. Miramos los dientes y otras características".
Una de estas "otras cosas" es pedir vía judicial radiografías y la historia clínica. "El trabajo del forense es intentar buscar alguna cosa de la que se pueda sacar ADN y enviarlo al laboratorio. Y tener suerte", concluye.
Cuando el cuerpo habla
Las autopsias pueden ser determinantes en el momento de clarificar un crimen.
Se hace un examen externo, uno interno, se miran todas las cavidades y a partir de aquí se describen las lesiones, se identifican las que pueden ser mortales. Se recoge un estudio biológico y antropológico y toxicológico. Todo eso da la información para saber si ha actuado un elemento mecánico o un elemento que haya producido la muerte de aquella persona
En algunos casos la información es fácil, en otros casos la información que da el cadáver es más complicada y difícil y algunas veces no puedes concluir de qué se ha muerto aquella persona.
Identificaciones múltiples
El Institut de Medicina Legal de Catalunya tiene una sala por si entra de golpe un gran número de cadáveres. Es la sala de grandes catástrofes que no se ha estrenado, pero que se utilizaría en caso de un accidente de aviación o un atentado con muchas víctimas.
Tiene capacidad para 100 cadáveres, aunque se puede ampliar hasta los 120.
Es una gran cámara refrigeradora donde se tienen los cuerpos mientras se hacen las pruebas y las autopsias.
En estos casos, o accidentes donde hay varios cuerpos que se tienen que identificar, como por ejemplo el accidente de autobús de Freginals o el de tren de Castelldefels, aparte de identificar los cuerpos, también se tienen que unificar los restos y, muchas veces también hacen falta las muestran de ADN para unificar los cadáveres.
¿La autopsia lleva al asesino?
El profesor de medicina legal Camille Léopold Simonin decía que los cuerpos hablan. Y en este sentido, Medallo explica que dan mucha información hasta el punto de poder llegar al asesino.
La autopsia, según Jordi Medallo, "ayuda mucho a la policía y puede llegar a describir el método utilizado en el crimen. Se puede identificar un asesino en serie".
La autopsia empieza en el lugar de los hechos, allí donde se ha producido el crimen. "Ya tenemos información en el lugar donde encontramos el cadáver. Podemos encontrar indicios de alguien. Y en el muerto podemos encontrar indicios de alguna persona". "Pero el cadáver por mucho que hable no me dice quién es el asesino, me da unas informaciones. Y para eso está la policía. Nosotros hacemos la autopsia y lo enviamos al juzgado. Y a partir de aquí es la policía quien busca al asesino", concluye el director del Institut de Medicina Legal de Catalunya.
Medallo admite, sin embargo, que la serie Nit i dia está bastante ajustada a la realidad y acerca al espectador a la manera en la que trabajan los forenses catalanes, muy alejada de cómo explican este trabajo las series norteamericanas, ya que los técnicos trabajan siguiendo otros métodos.
De 'Nit i dia' a la realidad
"Todas estas series tienen que hablar de casos extremos. Dan la imagen de que estamos todo el día viendo casos extremos y no es cierto. Sin embargo, claro, en la televisión no pueden salir forenses que se pasan todo el día recibiendo gente que ha recibido una bofetada en el metro", explica Jordi Medallo.
El Institut de Medicina Legal de Catalunya, donde se graba y se sitúa buena parte de la serie de TV3 Nit i dia, hace cada aproximadamente unas 4.000 autopsias al año. De estas, sin embargo, sólo entre 50 y 70, son por casos de homicidios. Los forenses hacen cada año más de 100.000 informes a personas que están vivas y que, de hecho, forma parte del día a día habitual de su trabajo.
"Va bien que la gente lo sepa. Ahora nos conocen más. Quizás hace 20 años no se tenía la misma idea de lo que eran los forenses y la medicina forense", dice.