El juez número 1 de La Seu d'Urgell ha decidido abrir un nuevo procedimiento para averiguar los delitos de exhibicionismo, provocación sexual y explotación sexual, contra los padres de Nadia, Fernando Blanco y Margarita Garau. El magistrado abre una nueva causa después de la declaración de los padres de esta mañana.
Según fuentes judiciales, aunque no se han pedido medidas cautelares, el juez mantiene la imputación por delitos sexuales a los padres de la niña porque las razones por las que abrió la investigación "continúan vivas" después de la declaración de hoy.
El juez envía la investigación a la sala de reparto para que se asigne el juez que tiene que investigar esta parte del caso. En la Seu hay dos jueces, el que ya lleva una parte del caso, el 1, y el 2.
Los padres no convencen al juez
El juez considera que estos presuntos delitos sexuales no tienen nada que ver con la pieza principal que investiga sobre el fraude de los donativos solidarios para la investigación de la enfermedad rara de la niña, y por este motivo abre un nuevo caso.
Esta mañana han declarado por segunda vez en los juzgados. El interrogatorio sólo se ha centrado en las fotografías que encontraron a los Mossos d'Esquadra y ha sido más bien corto de tiempo. Poco más de media hora la madre, y no ha llegado a una hora, el padre.
Han defendido que las fotos se hicieron para un seguimiento de la enfermedad y, según el abogado Alberto Martín, la niña nunca presenció actos sexuales.
Nuevas partes
Hoy también el juez ha estimado la personación de la Generalitat como acusación particular en la causa abierta por estafa. El Departament de Treball, Afers Socials i Famílies, tiene la tutela cautelar de la menor después de que se le retirara a sus padres, aunque la niña esté con un familiar y reciba las visitas de la madre. De momento no hay ninguna otra personación.
El padre mantiene a su abogado. Aunque Alberto Martín tiene previsto dejar la defensa de Fernando Blanco la nueva citación hoy ha hecho que retrase los trámites. Según el letrado "no es incompatible porque no son enemigos", pero ha admitido la dificultad en seguir representando los dos ante la complejidad que va adquiriendo el caso y el "calibre de los argumentos que son necesarios en una defensa".