Una veintena de personas se han concentrado este sábado ante la antigua residencia de la familia de Francesc Macià en Vallmanya, en Alcarràs (Segrià), conocida como Casa Vallamanya, para exigir al Ayuntamiento del municipio, a la Diputación de Lleida y a la Generalitat que se pongan de acuerdo para salvar el inmueble, "que se encuentra al límite de la desaparición".
En el marco del 88.º aniversario de la muerte del presidente republicano, los impulsores de la Iniciativa Popular Salvamos Casa Vallmanya, que hace años que piden a las instituciones movilizar una partida de dinero para impulsar la restauración del inmueble "con valor histórico". Los manifestantes han recordado que el consistorio tiene sobre la mesa una propuesta del Departamento de Cultura y de la Diputación. Por eso, han reclamado al alcalde del pueblo que presente sus demandas si no le parecen bien las condiciones planteadas y negocie con las otras dos administraciones para llegar a un acuerdo.
"Basta de excusas: sentarse, negociar y acordar un futuro por este espacio de memoria nacional", exigen.
La masía, al límite
El mes de julio se produjo un nuevo boquete en el tejado la cubierta principal de la casa Vallmanya que hizo saltar todas las alarmas. "Se ha hecho evidente el agónico avance del proceso de degradación de Cal Macià-Casa Vallmanya", denunciaba, entonces, el colectivo Salvem Casa Vallmanya en un comunicado de prensa.
La Diputación de Lleida y el Govern han comunicado al Ayuntamiento de Alcarràs la predisposición a firmar un acuerdo entre las tres administraciones para hacer frente a las obras de rehabilitación y consolidación de la masía. El plan inicial es hacer un convenio que supondría el ingreso de 300.000 euros en dos años a partes iguales, así como la compra de la casa para convertirla en una propiedad pública. En este sentido, la plataforma cree que la propuesta de las instituciones es una "ventana de oportunidad", la última antes de una ruina que se prevé próxima si no se actúa en los próximos meses.
Una larga lucha
La plataforma Salvem Casa Vallmanya hace tiempo que reivindica la necesidad de conservar este edificio. El pasado abril se manifestaron bajo la lluvia más de un centenar de personas. En un comunicado posterior a la concentración, los artífices de la movilización ponían de relieve que de esta manera querían presionar al Ayuntamiento para que ejecutara la opción de compra que tiene sobre el inmueble, pidiendo que se deje de "excusas económica y de toda índole sobre la adquisición".