Ya casi hace un año que empezó la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla de la Palma, que supuso un antes y un después en la vida de sus habitantes. La lava que escupió este volcán durante los 96 días que duró la erupción se comió muchísimas casas, un millar, y 7.000 personas abandonaron sus hogares, sepultados bajo la ceniza. Pasados los meses, muchos pudieron volver, pero también hay quien, un año después, sigue viviendo en los hoteles que se habilitaron como medida de urgencia y que ya se ha convertido en su residencia habitual durante los últimos 12 meses.
Esta es la realidad de 192 personas, aunque es una cifra que va bailando, la mayoría de los núcleos de Puerto Naos y La Bombilla, repartidos en 3 hoteles de la isla, una situación que se agrava porque no se sabe hasta cuándo se alargará esta situación. "Esta incertidumbre puede acabar provocando problemas psicológicos que tenemos que intentar tratar y contener", ha apuntado Sonia Chaves, miembro del equipo multidisciplinar que trabaja con las personas alojadas en los hoteles, tal como ha explicado en una entrevista en Antena 3.
Reproches de la oposición por|para el abandono
Esta cuestión ha estallado en la cara del gobierno autonómico, ya que desde la oposición popular les ha reprochado la falta de trabajos en materia de vivienda desde la erupción. Por ejemplo, Lorena Hernández Labrador, diputada del PP por la Palma en el Parlamento de Canarias, ha advertido que el Ejecutivo "ha decepcionado a los afectados", como mínimo en este sentido, señalando la gran cifra de palmers que todavía se ven obligados a vivir en hoteles.
La diputada reprochó a los gobernantes que las únicas 5 casas modulares que se han entregado a los vecinos hasta ahora han sido solo al municipio de Llanos de Ariadne, uno de los más afectados por la catástrofe, pero no lo único. En este pueblo fue el Ayuntamiento quien puso a disposición del gobierno el terreno necesario y urbanizó la zona. Las casas modulares se vieron como una solución rápida y efectiva durante tres años, pero estas no se han entregado a todos los damnificados, ni mucho menos.
El gobierno canario se defiende
Desde el gobierno canario, se han defendido de estas críticas y el consejero de Obras Públicas y Vivienda, Sebastián Franquis ha defendido que están buscando soluciones ante la incertidumbre que sufren las personas alojadas en los hoteles, que tal como ha reconocido el mismo político, tenían que ser una solución preventiva y se ha acabado convirtiendo en una cuestión estructural. Tanto desde el gobierno autonómico como el del Estado defienden su política de ayudas a las familias que han sufrido el desastre, como las 488 que se benefician de una subvención del alquiler.