El cardenal italiano Giovanni Angelo Becciu, condenado a cinco años y medio de prisión por un caso de mala gestión financiera y a quien el papa Francisco retiró los privilegios propios del cargo de cardenal, se ha convertido en uno de los grandes interrogantes del próximo cónclave que tendrá que escoger al sucesor del pontífice. Todavía no se sabe si podrá participar. En principio, y si no hay ninguna decisión contraria, no tendría que formar parte del cónclave. De hecho, en las estadísticas oficiales del Vaticano se le clasifica como cardenal no elector, aunque tiene solo 76 años.
A pesar de esta clasificación, Becciu reclama sus derechos cardenalicios porque es menor de 80 años y, según ha dicho este martes Becciu al diario de Cerdeña Unione Sarda, la lista hecha pública por el Vaticano no tiene valor jurídico, porque lo ha elaborado el servicio de prensa, y Becciu ha afirmado con contundencia: “Estaré”. “El papa reconoció que mis prerrogativas cardenalicias estaban intactas, ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave, ni se me pidió una renuncia explícita por escrito”, explica. El diario explica que Becciu estaba pasando unos días en Pattada, el pueblo de Cerdeña donde nació, y se apresuró a volar a Roma cuando este lunes tuvo noticia de la muerte de Francesc.

De hecho, según la sala de prensa vaticana, todos los cardenales, incluido Becciu, que fue un alto cargo en la Secretaría de Estado, pueden asistir a las congregaciones previas, las reuniones preparatorias. Otra cuestión es si tienen derecho a participar efectivamente en el cónclave.
Irregularidades económicas
En el año 2020, el papa Francisco apartó a Becciu del cargo y lo desposeyó de los “derechos asociados al cardenalato” después de hacerse públicas sus implicaciones en varias irregularidades económicas. Sin embargo, no se le suspendieron las funciones propias del cargo, entre las cuales hay precisamente la de elegir a un nuevo papa, según recuerdan algunos analistas. Es probable que la participación de Becciu sea uno de los temas centrales en las congregaciones previas al cónclave, donde se debatirán cuestiones clave entre los cardenales. Becciu, el primer cardenal juzgado por un tribunal penal del Vaticano, también ha sido condenado a una inhabilitación “permanente” por ejercer cargos en la Santa Sede.
El escándalo se destapó a raíz de la compra de un inmueble en el centro de Londres, en Sloane Avenue, donde antiguamente había una tienda de las galerías Harrods, en el prestigioso barrio de Chelsea. Durante el proceso también se revelaron otras operaciones sospechosas atribuidas a Becciu, como una donación de 125.000 euros a una asociación vinculada a Cáritas de Ozieri, la diócesis a la que está adscrito, entidad presidida en aquel momento por su hermano.
Otros casos curiosos de participantes del cónclave
En el cónclave, en el cual entrarán 135 cardenales, si no se cuenta a Becciu, también hay dos casos peculiares. Uno de ellos es el del cardenal Philippe Ouédraogo, de Burkina Faso. Aunque el nuevo Anuario Pontificio de 2024 señala que nació el 25 de enero de 1945, se le ha prorrogado la condición de elector hasta el 31 de diciembre, por lo cual todavía podrá acceder a la Capilla Sixtina. El periodista neerlandés que destapó este caso preguntó a Ouédraogo por la cuestión, y este explicó: “En mi pueblo no había ni hospitales ni escuelas. Nací en casa y no me asignaron ninguna fecha de nacimiento.”
Hace unos meses, el diario Avvenire, de la Conferencia Episcopal Italiana, también se hizo eco de un caso similar: el del cardenal keniata John Njue, al cual se le modificó la fecha de nacimiento oficial, pasando de 1944 a 1946, cosa que lo mantiene como elector en un posible cónclave.