Los Mossos d'Esquadra han informado este jueves que el homicidio del hombre sepultado en Argentona responde a un crimen pasional. Una larga investigación policial desencadenó el hallazgo el pasado sábado del cadáver de un hombre que llevaba desaparecido más de un año. La víctima, de nacionalidad albanesa, se encontraba sepultada en una nave industrial abandonada a más de un metro bajo tierra y estaba cubierta por una capa de hormigón. Las primeras sospechas de la policía apuntaban a que se trataba de un crimen vinculado a la actividad de una organización dedicada al tráfico de marihuana y al blanqueo de capitales. Sin embargo, el transcurso del caso parece indicar que el móvil seria de ámbito pasional.

La operación policial consiguió destapar el entramado de un grupo criminal que utilizaba naves industriales de todo Catalunya para el cultivo intensivo de marihuana en interiores. Los Mossos detuvieron a doce de sus integrantes e intervinieron casi 30 kilos de marihuana y cerca de 3.000 plantas. Entre los detenidos estaba la pareja de la víctima, a más de dos personas que también están implicadas en el homicidio.

Para poder entender el desarrollo del caso nos tenemos que remontar en junio del 2017. Una mujer de nacionalidad moldava denunciaba en comisaría la desaparición de un hombre albanés a quien conocía de hace pocas semanas ya que le había alquilado una habitación de su piso. Según explicó a los policías, el desaparecido había abandonado el domicilio pero había dejando todas sus pertenencias y efectos personales dentro.

Al cabo de un mes, el padre del hombre viene expresamente desde Albania y presenta otra denuncia en la comisaría de Granollers. Los agentes detectan la coincidencia y entonces el progenitor del desaparecido les explica que la mujer que ha puesto la primera denuncia es la pareja de su hijo y que los dos llevan años viviendo juntos en Catalunya. Esta revelación hace disparar las sospechas de los Mossos sobre la implicación de la mujer en la desaparición.

Cobertura legal

Las primeras indagaciones en el entorno del hombre albanés y la reconstrucción de su actividad las últimas horas antes de desaparecer ponen a la policía sobre la pista de una organización criminal, a la cual pertenecería la víctima. En una colaboración entre las unidades especiales de personas desaparecidas y de estupefacientes, los agentes descubren que los integrantes del grupo han diseñado todo un entramado empresarial legal para dar cobertura a las plantaciones y para blanquear los ingresos.

Los indicios apuntan a que se trata de un caso de crimen con ocultación posterior del cadáver. Ante el riesgo inminente de destrucción de las pruebas por parte de los implicados, la policía se apresura al detener a tres personas, entre las cuales está la pareja de la víctima. Uno de los detenidos confiesa cómo habían cometido el homicidio y los operativos policiales se dirigen hacia la nave de Argentona donde creen que estaría escondido el cuerpo.

El hallazgo del cadáver

Las tareas de geolocalización se llevaron a cabo gracias a dos antropólogos forenses y a la ayuda de un geofísico, que puso los medios necesarios para la búsqueda con su empresa Falcon High Tech. Una vez delimitado el punto exacto se procedió con las excavaciones que se alargaron varias horas.

En paralelo, se llevaron a cabo nueve entradas y registros en varias poblaciones de Catalunya en las cuales se detuvieron doce personas. Después de pasar a disposición judicial, el juez ha decretado prisión para cinco, tres por el homicidio y dos por delitos contra la salud pública. Los otros han quedado en libertad con cargos y retirada del pasaporte..