La jueza de Sabadell (Vallès Occidental) que investiga el caso Mercurio ha archivado la pieza en la cual imputó el exlíder del PSC Pere Navarro y el actual segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, al considerar que no existen indicios que cometieran tráfico de influencias.
La titular del juzgado de instrucción número 1 de Sabadell, Beatriz Faura, acuerda el sobreseimiento provisional de la pieza separada del caso Mercurio que abrió sobre las gestiones que hizo el exalcalde de Sabadell Manuel Bustos con Collboni y Navarro para que intercedieran delante el Consejo Audiovisual de Catalunya (CAC) a favor de un empresario amigo en la concesión de una licencia de televisión.
En su escrito, la jueza concluye que, aunque los investigados contactaron entre ellos telefónicamente y se interesaron por el asunto, no se ha acreditado que realizaran ningún tipo de "presión" para beneficiar al empresario televisivo en la concesión de licencias del CAC. "Lo único que ha podido acreditarse es que se trató de una actuación de mero trámite e informativa, pero sin que haya resultado acreditado que se realizara con algún tipo de connotación de presión o influencia a tercero", "remarca" el escrito de la jueza", en el cual archiva la pieza separada 29 de las 33 de las cuales consta la macrocausa del caso Mercurio.
La jueza recuerda en su acto que los investigados negaron "categóricamente" haber presionado o influenciado nadie en beneficio al empresario, ya que Collboni, entonces responsable de Comunicación del PSC, se limitó a admitir que únicamente escuchó Bustos, "sin llegar a realizar ninguna gestión o actuación ni tener intención de hacerlo", al no ser su competencia.
Navarro, de su lado, reconoció ante el juez haber hablado con Bustos y con el empresario televisivo, aunque negó haber hablado con ningún miembro del CAC para que votara a favor del empresario y haber realizado alguna gestión en este tema. De hecho, los miembros del CAC que comparecieron como testigos ante el juez también negaron haber recibido presión o influencia para decidir y resolver el asunto a favor del empresario, según recuerda la magistrada.
Por este motivo, la jueza considera en su acto, que se puede recurrir, que, "al margen del reproche ético o moral" que pueda hacerse con respecto al contenido de las llamadas que se hicieron los implicados -y que fueron interceptadas por los Mossos D'Esquadra porque Bustos tenía el teléfono pinchado-, no se ha podido acreditar "lo suficiente" que incurrieran en un delito de tráfico de influencias.
De hecho, en las conversaciones grabadas a Bustos, que figuran en el sumario, el exalcalde de Sabadell se quejaba de que, en relación con este caso, "Collboni no hizo absolutamente nada de nada, de nada, de nada (...). Estuve tres semanas detrás de él enviándole mensajes, no me contestaba".