Sara Gómez, era una mujer de 39 años que murió el 2 de enero de 2022 en Murcia después de una lipoescultura, un tipo de cirugía estética, en la cual se le perforaron varios órganos vitales. La muerte de Sara fue porque no tenía bastante grasa abdominal para la operación, tal como reveló el hermano de la mujer. De hecho, otro cirujano le había desaconsejado la operación, ya que recientemente se había sometido a una abdominoplàstia y no tenía bastante grasa para la intervención. La intervención que acabó con su vida la practicó un cirujano cardiovascular que no disponía de la especialidad en cirugía plástica y que le causó daños letales en varios órganos. La lipoescultura que se practicó Sara consiste en extraer mediante una cánula de succión la grasa de la cintura, caderas y espalda baja, para después transferirla a otro lugar, en este caso, a los glúteos.
Sara era de Alcantarilla, de Murcia, era una mujer sana, madre de dos hijos y trabajadora de una importante inmobiliaria. La lipoescultura es una operación que es muy cara y cuesta, aproximadamente, unos 13.000 euros, pero el cirujano que la operó no le cobró ni 6.000. Lo que tenía que ser una operación sencilla se acabó convirtiendo en un infierno: las horas iban pasando y no salía de quirófano y, finalmente, vino una ambulancia y se la llevó al hospital Virgen de la Caridad de Cartagena donde fue ingresada con un pronóstico muy grave. "De esta no salgo viva. He escuchado que me han perforado todos los órganos y he visto la sangre", dijo Sara cuándo ingresó en la UCI. Y así fue porque el médico le perforó 27 órganos, hecho que le provocó la muerte un mes después de la intervención.
El ministerio de Sanidad se pone las pilas
Ahora, el Ministerio de Sanidad ha modificado el decreto sobre autorización de centros sanitarios para prohibir a los médicos que no tengan una especialidad en cirugía plástica que puedan practicar operaciones quirúrgicas de estética. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó este sábado una orden ministerial que limita a los profesionales que pueden hacer cirugía estética, con el fin de garantizar la seguridad de los pacientes y que los procedimientos los hagan solo profesionales con la formación y titulación adecuadas, y entró en vigor a partir de este domingo.
La nueva ley modifica el decreto de 2003 en uno de sus anexos, el referido a la definición de unidad asistencial de cirugía estética. A partir de ahora solo podrán hacer estas operaciones los médicos con la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, u otras especialidades quirúrgicas o médico-quirúrgicas que incluyan formación específica en cirugía estética en su programa formativo oficial. Aparte de limitar las operaciones a los profesionales con formación específica, estos solo podrán hacer cirugías en las áreas que estén directamente relacionadas con su especialidad médica.
El caso de Sara, el motivo principal de la nueva norma
La trágica muerte de Sara Gómez ha sido, sin duda, clave para la modificación normativa. En un vídeo en las redes sociales, la misma ministra de Sanidad, Mónica García, ha subrayado el papel que el caso ha jugado en el cambio legislativo:
La titular de Sanidad destaca que "la lucha de su familia (la de Sara Gómez) ha sido clave para conseguir este cambio tan importante". "Hoy damos un paso importante hacia un sistema de salud que sea más seguro, para que tragedias como la de Sara no vuelvan a pasar nunca más", subraya Mónica García en este vídeo compartido a su perfil de X, antiguo Twitter.
De hecho, un artículo publicado por el portal especializado en información médica MedScape revela que en el 2020 solo una de cada diez operaciones estéticas la llevó a cabo un cirujano plástico. Hasta ahora, la ley permitía que cualquier médico general pudiera completar cualquier tipo de intervención, independientemente de su ámbito de formación, pero ahora eso cambiará. La presidenta de la Sociedad Catalana de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, Anna Torres Maczaseek, explica en TV3 que es "una alegría que se haya activado la ley porque regulará las competencias y el intrusismo" y apunta que "ahora estará más regulado qué competencias tiene cada médico".