El fiscal del caso de asesinato de la pareja de Susqueda, Víctor Pillado, se opone a dejar en libertad al presunto culpable. La razón que lo lleva a denegar esta petición de la defensa es clara: "Solo Jordi Magentí lo pudo hacer".

El abogado del acusado pidió retirar la prisión preventiva a su cliente alegando que tres testigos de la investigación afirmaban haber visto a las víctimas después de que se oyeran los tiros. Sin embargo, la respuesta del fiscal ha sido contundente: "Se tienen que equivocar forzosamente" porque hay pruebas que son "objetivas e irrefutables".

Las imágenes

Pillado sostiene la decisión de impugnar la petición de la defensa basándose en los indicios que apuntan a Magentí como autor del doble homicidio. La presencia del acusado en el lugar de los hechos ―que el presunto asesino negó en un primer momento― ha quedado confirmada "sin ningún tipo de duda" por las grabaciones de las cámaras de videovigilancia, que sitúan su Land Rover en la zona conocida como la Rierica el día 24 de agosto del 2017 dentro de la franja horaria del crimen.

Además de las imágenes registradas, la policía dispone de los datos de telefonía, de las declaraciones de testigos que se encontraban por los alrededores en el momento del asesinato y de las fotografías capturadas por Emili Coll, un hombre que paseaba acompañado de su mujer, en las cuales se puede ver un vehículo de similares características al que utilizaba Magentí.

Falta de coartada

Esta información ―contrastada con la falta de coartada del detenido― hace sospechar a los agentes que el hombre fue quien disparó a los jóvenes y que durante los dos días siguientes (25 y 26 de agosto) accedió al pantano para acabar las tareas de ocultación y observar el transcurso de la investigación que ya estaba en marcha.

Con respecto a la oportunidad y los recursos materiales para cometer el homicidio, el acusado no sólo tenía "acceso" a armas de fuego sino que disponía de los "conocimientos suficientes" para disparar, ya que ha sido cazador. El informe de diligencias previas de los Mossos también destaca que el presunto asesino demostró un gran conocimiento del pantano y de cómo moverse por el mismo, factores esenciales para efectuar los actos de disposición y ocultación de los cadáveres y traslado del monovolumen de las víctimas hasta el punto donde fue hundido.

Antecedentes y contradicciones

Incluso algunos familiares reconocieron a la policía que cuando se dio a conocer el caso pensaron en el detenido como posible autor, debido a que es un "gran amante del pantano" sumado a los antecedentes por el homicidio de su mujer en 1997. Según Pillado, la capacidad del acusado de actuar de manera extremadamente violenta queda más que contrastada con la muerte de la que había sido su pareja.

"Si a eso le añadimos las constantes mentiras y contradicciones del investigado, tanto con él mismo como con otros testigos y las pruebas objetivas, no sólo es evidente que Jordi Magentí asesinó a la pareja, sino que nadie diferente a él lo pudo hacer", argumenta el fiscal. Las incongruencias a las que se refiere Pillado se encuentran en la declaración del presunto autor del crimen, donde no sólo negó haber estado en el lugar de los hechos el día del homicidio sino que quiso dirigir la investigación hacia un supuesto grupo de una treintena de personas acampadas en la zona del Mas Llomà con malas pintas y de quien los investigadores no han tenido constancia.

Psicosis delirante

En el informe, los Mossos reconocen que una de las grandes dificultades del caso ha sido poder encontrar el móvil que motivó el asesinato. El hecho de que los agentes hayan conocido de boca del mismo Magentí muchos de los detalles más complicados de percibir y analizar del lugar dónde se produjeron los hechos, hace pensar a la policía que el acusado podría estar afectado por un "trastorno de psicosis delirante".

Esta posibilidad abre la puerta a un caso donde la falta de móvil evidente apuntaría a que el homicidio ha sido el resultado de una "pulsión descontrolada" provocada por un "brote psicótico". Los informes psicológicos sobre el presunto autor de los hechos ―realizados a raíz del asesinato de su mujer en 1997― reflejan que Magentí tiene un perfil de obsesivo-depresivo con un trastorno límite de la personalidad. Además, las pruebas definen un patrón general de inestabilidad en las relaciones personales y una notable impulsividad.

Las llamadas

Todos estos indicios recogidos en el informe de los Mossos se ven reforzados por las sospechas que tenía el acusado de que la policía había intervenido el teléfono de su domicilio en el número 16 de la calle Font del Canyó del municipio de Anglès. Estas dudas se hacen evidentes en una llamada con su hijo, donde Magentí le dice literalmente: "No me telefonees mucho, ¿me entiendes?". También en un diálogo que mantiene el presunto homicida con su madre a quien le explica que "por si tenemos el teléfono intervenido" le acaba de decir a su hijo que no le llame. La mujer le pregunta si eso se lo ha dejado claro a su nieto y el hombre responde: "Sí, pero que ya ha llamado".