El apagón eléctrico ha dejado este lunes viajeros desamparados en todas las ciudades del Estado. Algunos catalanes que se encontraban en Madrid fuera por trabajo o por ocio se han quedado atrapados en la capital española a causa del paro ferroviario. Ante el caos, el Gobierno ha permitido que los viajeros pernoctaran a las grandes estaciones, como es el caso de Atocha, de donde salen los trenes de alta velocidad que se dirigen hacia Catalunya. Esta estación no vivía una jornada tan caótica desde los atentados del 11-M del 2004. Los policías que custodiaban su entrada han sido laxas y, tal como ha podido comprobar este diario de primera mano, han permitido que entraran personas sin tener que mostrar su billete, aunque eso tenía que ser un requisito.

El exterior estaba completamente a oscuras. Había personas mayores haciendo cola con verdaderas dificultades para moverse. Era complicado ver los peldaños de algunas escaleras y eso ha provocado algún traspié, así como momentos de tensión y reproches entre viajeros que chocaban entre ellos sin querer, a causa de la precaria visibilidad. Dentro de la estación, ElNacional.cat ha podido conversar con algunos de los catalanes que han quedado atrapados en la ciudad, así como ciudadanos de otras partes del Estado; mayoritariamente andaluces.

Hoteles colapsados

Las barras de pan y las velas no han sido las únicas cosas que se han agotado en un tiempo récord este lunes. El apagón eléctrico también ha colapsado los hoteles de las grandes ciudades. Lo puede testificar Arnau, un gerundense que disfrutaba de Madrid con su esposa y su hija y que cuando ha empezado a buscar habitaciones disponibles para dormir se ha encontrado con que ya estaban todas cogidas. A ellos el apagón les ha cogido visitando un museo. Finalmente, después de haber pasado el rato por las calles de la capital española, han concluido que la única opción que les quedaba era pasar la noche a Atocha. Han compartido espacio con Marta, Lluís y el Polo, que visitaban Madrid por trabajo. "Tenía que ser uno sube-baja y lo suficiente", explica Lluís. Tenía previsto llegar a Catalunya hacia la tarde, pero a las diez de la noche, después de horas en esta estación esperando que se restableciera la normalidad, ya ha tenido cuello abajo que dormiría en Atocha. Marta ha ido y devuelto más de una vez en el aeropuerto de Barajas, pero finalmente no ha tenido suerte y también se ha quedado a dormir en las instalaciones.

Con respecto al interior de Atocha, Adif solo ha habilitado una zona de la estación, cosa que ha provocado que la gente estuviera completamente amontonada en el suelo. Entre la multitud también había personas con discapacidad que tenían dificultades por encontrar sitio donde sentarse o girarse. Algunos viajeros han encontrado cajas de cartón que han reaprovechado como colchones. Algunas personas lloraban; de todas las edades. Ha generado indignación el hecho de que solo hubiera unos lavabos habilitados por aproximadamente un millar de personas. Trabajadores de Adif han asegurado en este diario que durante la noche se repartirían botellas de agua y un poco de comida.