La pandemia y el teletrabajo han cambiado muchas cosas, como la posibilidad de cambiar el lugar de residencia de una manera más fácil: el 28,1% de los catalanes iría a vivir en un municipio más pequeño si le ofrecieran hacer teletrabajo. Son datos de la encuesta el Ómnibus del Centro de Estudios de Opinión (CEO) realizada entre el 17 de noviembre y el 17 de diciembre del 2021 a 1.200 personas.
Entre los encuestados, los más jóvenes son los más partidarios de marcharse de las grandes ciudades para ir a vivir en un municipio más pequeño. Así lo dice el 34,6% de los que tienen entre 18 y 24 años y un 30,7% de los que tienen entre 25 y 34 años. En cambio, aumentan los que no quieren marcharse a municipios más pequeños en las franjas de edad de personas mayores. El 74,6% de los encuestados que tienen entre 50 y 64 años no quieren cambiar de domicilio en caso de poder hacer teletrabajo. Y sólo lo haría el 22,7%. En total, el 69,2% de los encuestados afirma que no cambiaría su lugar de domicilio en estas circunstancias.
Un 5,2% han cambiado de municipio con la pandemia
Por otra parte, un 5,2% manifiesta que a raíz de la pandemia y la posibilidad de hacer teletrabajo ya se han trasladado a un municipio con menos habitantes. Y todavía sobre empleo, más de la mitad de los encuestados, un 52,7% afirma que las características de su trabajo no permiten una flexibilización de acuerdo con la empresa en los horarios de entrada y salida para evitar la hora punta en sus desplazamientos.
Ante el despoblamiento del territorio, un 36,8% cree que se tendría que obligar a alquilar la vivienda vacante o en desuso para facilitar el acceso a la vivienda a la gente que quiere ir a vivir; un 26,2% de los encuestados considera que se tiene que obligar a arrendar los terrenos agrícolas y de pasto que no se utilizan a gente que está dispuesta a trabajarlos e ir a vivir; y un 26,1% apuesta por exenciones fiscales en territorios que sufren despoblamiento para incentivar las actividades económicas.
El impacto de la covid en el despoblamiento
La irrupción de la covid y las consiguientes restricciones detuvieron el despoblamiento rural, que había ido al alza los últimos años. Durante el 2020, las personas que abandonaban el campo para trasladarse a la ciudad fueron un 12% menos, mientras que la llegada de nuevos vecinos a entornos rurales creció un 20,5%. Lo constata el estudio 'Cambios de residencia en tiempo de COVID-19: Un poco de oxígeno para el despoblamiento rural', liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro de Estudios Demográficos. La investigación ha analizado los cambios de residencia de la Estadística de Variaciones Residenciales (EVR) entre los 8.131 municipios españoles, con una comparativa específica entre el 2020 y el periodo 2016-2019.
El estudio muestra que las salidas desde Barcelona crecieron un 13%, menter que en Madrid lo hicieron un 20%. Los municipios de menos de 10.000 habitantes y situados a una distancia de entre 40 y 160 km fueron los destinos hacia los cuales más se incrementaron los flujos. El Pirineo catalán, la Costa Brava y la Costa Dorada fueron los destinos más escogidos en Catalunya. En el caso de la capital española, los municipios que lideraron la llegada de nuevos vecinos fueron los del Sistema Central.