Los catalanes son los contribuyentes del Estado que menos marcan la casilla de la Iglesia católica cuando hacen la declaración de la renta. Así se desprende de los datos provisionales de la campaña de la Renta del año 2023, correspondiente al ejercicio fiscal del año 2022, que ha presentado este jueves la Conferencia Episcopal Española (CEE). El 15,9% de los contribuyentes de Catalunya decidió destinar un 0,7% de su IRPF al sostén de la Iglesia católica en el 2023, un porcentaje ligeramente menor en el del año anterior, cuando fue del 16%, y alejado de la media en el resto del Estado, que se sitúa en el 30%. En términos absolutos, sin embargo, el número de personas que decidió dedicar una parte de su tributación a mantener los servicios sociales y litúrgicos de la Iglesia, aumentó en 14.000 personas con respecto al año anterior, de manera que un total de 634.000 catalanes tomó esta decisión.

Las comunidades autónomas donde una proporción mayor de contribuyentes marca la casilla de la Iglesia son Castilla-La Mancha (43,9%), Extremadura (43,5%), La Rioja (43,3%), Murcia (42,6%) y Castilla y León (41,4%). Destacan también Andalucía (38%) y Madrid (37%), que, a pesar de tener porcentajes menores que otros territorios, son las que encabezan el ranking en números absolutos de contribuyentes, con más de 1,5 millones y 1,3 millones de personas respectivamente. A pesar de mantenerse como el territorio con un porcentaje menor de contribuyentes en la Iglesia, cabe decir que Catalunya fue la tercera comunidad que más recursos aportó a la institución, con 40,4 millones de euros, casi 4 millones más con respecto al ejercicio anterior. Solo la superan Andalucía, que aportó 52 millones de euros, y Madrid, que destinó 104 millones.

La Iglesia recoge 358 millones de euros más que el año anterior

El número total de declaraciones a favor de la Iglesia es de 7,6 millones, hecho que supone un aumento de más de 209.000 con respecto a la Renta del 2022. "Este dato confirma que el número de declaraciones no solo se ha mantenido, sino que se han obtenido asignaciones procedentes de nuevos declarantes", apuntan a los obispos españoles. El total de declaraciones ha permitido a la Iglesia recoger más de 358 millones de euros. Si se compara esta cantidad con la liquidación provisional del año anterior, la cantidad ha aumentado en 38 millones de euros, hecho que supone un aumento del 11,9%.

Desde la Conferencia Episcopal recuerdan que la Iglesia reparte los recursos recaudados siguiendo un concepto de "solidaridad" entre las diócesis de rentas más altas, como Madrid, Barcelona o Sevilla, y las más humildes y despobladas. "Se trata de un mecanismo de comunión eclesial de recursos que permite mantener la acción pastoral en sitios donde, de lo contrario, sería casi imposible", apuntan. Según han detallado los obispos españoles en una rueda de prensa en Madrid, la asignación tributaria, implementada el año 2007, supone, como media, el 22% de la financiación de las diócesis. Sin embargo, han destacado el trabajo hecho para diversificar los ingresos con nuevas formas de obtener recursos como las colectas, el trabajo de las oficinas de sostén, las donaciones y herencias o el alquiler de espacios.