La catalanofobia está presente en todas partes, también en el mundo del arte. La reputada pareja de artistas Sean Scully y Liliane Tomasko han abandonado Barcelona porque están cansados de oír hablar catalán. Así lo han anunciado en un reportaje del diario británico Financial Times, que recoge que la decisión de los pintores "fue impulsada por el crecimiento del nacionalismo en la ciudad que habían amado".

Amaban la ciudad, pero no amaban su lengua. En la capital catalana, "ibas a reuniones y hablaban completamente en catalán, como diciendo te fastidias", dice Scully. "Había demasiado de eso (catalanismo), lo hizo imposible", añade Tomasko. Finalmente, no pudieron "aguantar en Barcelona por esta mierda".

Más de una década sin "aguantar" el catalán

Las aventuras del pintor irlandés en Catalunya se pueden remontar al año 2005, cuando concibió un proyecto artístico para la iglesia románica de Santa Cecília de Montserrat. Después de un mínimo de quince años de su llegada al país, Scully no aguanta el catalán, pero sí que habla el español "con fluidez". Según el Financial Times, eso es "un guiño a sus años en Barcelona".

El hijo de la pareja también habla castellano de manera fluida, pero su madre se ha quejado de que en el patio de la escuela le dijeron que tenía que hablar catalán. El niño se llama Oisin y ya tiene doce años.

Ahora, a Francia

Scully nació hace 76 años en Dublín (República de Irlanda), pero hace más de treinta años que se nacionalizó norteamericano. Tomasko nació en Zurich (Suiza) hace 54 años. Aunque vivían en Barcelona, también tenían su residencia en Nueva York y en Munich, donde obviamente no han tenido problemas ni con el inglés ni con el alemán. Ahora se han trasladado a la ciudad occitana de Ais de Provença. ¿Tendrán problemas cuando la gente les hable francés? ¿Y si les hablan occitano?

Por su parte, hay que recordar que Scully es un reputado pintor abstracto. De su periodo de residencia en Catalunya, destaca el proyecto artístico que concibió, ya en 2005, para la iglesia románica de Santa Cecília de Montserrat, que se acabó inaugurando diez años después, justo cuando cumplía setenta años, con pinturas de gran formato, frescos y vitrales. El artista hizo en aquel lugar, al pie de la montaña, una personal interpretación de las catorce estaciones del viacrucis, dedicada a su madre, una mujer que cantaba, lo cual puede relacionarse con Santa Cecília, patrona de la música.

El pintor irlandés Sean Scully / Eslgésia de Santa Cecília de Montserrat

El pintor también llegó a ofrecer 200 obras al Ayuntamiento de Barcelona a cambio de que estuvieran expuestas de manera permanente en un espacio museístico propio. La iniciativa al final no prosperó, pero poco después el artista acabó creando su Espacio de Arte Sean Scully en la iglesia de Montserrat, construida en el siglo X.

La de la pareja de pintores es la segunda muestra de catalanofobia importante de los últimos días. El domingo conocimos como un grupo de turistas madrileños no entendían cómo en el País Valencià había acontecimientos culturales en catalán.

 

Imagen principal: La pareja de artistas Liliane Tomasko y Sean Scully / Fundación Bancaja