Un incremento notorio. La directora general de Ecosistemes Forestals i Gestió del Medi, Anna Sanitjas i Olea, ha explicado este jueves que el nuevo plan de prevención de incendios 2022-2025 que tiene en marcha el Departament de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural cuenta con una inversión por todo el país de 72 millones de euros. Entonces, Catalunya destinará 18 millones de euros este 2022 para prevenir incendios forestales. Esto es multiplicar por seis el presupuesto anual destinado a esta materia, de los 3.128.000 euros el año 2021 a los 18.128.000 euros actuales. "Se pretende proteger y conservar los ecosistemas forestales de Catalunya con un paisaje que también ayude y facilite que los incendios se puedan apagar", precisa un comunicado de Acció Climàtica.
Sanitjas ha visitado este jueves en la Cerdanya unos trabajos silvícolas de prevención de incendios forestales que el Departament realiza en la montaña de Ger, Fontanals y Puigcerdà. Y es que el Pirineu es una de las nuevas zonas que quedará incluida en el planeamiento de infraestructuras y actuaciones enmarcadas en el mencionado plan de prevención de incendios. "El objetivo es preparar los bosques de Catalunya para hacer frente a la emergencia climática que los hace más vulnerables que nunca a los incendios y poner el foco también en aquellas áreas que hasta el momento no se habían priorizado", señala la Conselleria.
Infraestructuras de prevención de incendios
Así pues, en las comarcas de Lleida y el Alt Pirineu se invertirán de manera directa más de ocho millones de euros durante los próximos cuatro años en actuaciones de gestión forestal que preparen los bosques para hacer frente a la emergencia climática y los grandes incendios. De manera territorializada, se invertirán 19,8 millones de euros y 52,2 millones se destinarán a las brigadas del Grupo Especial de Prevención de Incendios Forestales (GEPIF), a ayudas a la prevención de incendios a propietarios privados, a las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF), a entidades locales o a ayudas para fomentar el establecimiento y el mantenimiento de franjas de protección perimetral en las urbanizaciones y núcleos urbanos, entre otros.
Los Perímetros de Protección Prioritaria (PPP) son macizos con alto riesgo de incendio forestal y una continuidad de la masa arborizada en la cual se pueden producir grandes incendios. Es por eso que Acció Climàtica considera "imprescindible" planificar la prevención y dotarles de infraestructuras básicas como áreas de baja carga de combustible, pistas forestales estratégicas o puntos de reserva de agua. "Todo eso con el apoyo del territorio y con coherencia supramunicipal para facilitar la actuación de los medios de extinción en caso de incendio", especifica el Departament. El mismo Departament recuerda que los años 2012-2014 se redactaron los documentos de planificación de actuaciones a los PPP que afectan al tercio norte de las comarcas de Lleida y el cuadrante sur de las comarcas del Alt Pirineu. Anualmente en estas zonas se ha ido ejecutando la gran parte de las actuaciones recogidas en esta planificación, que son principalmente la adecuación de la red vial y de los puntos de agua y la construcción de áreas y franjas de baja carga de combustible que son estratégicas para el ataque a los incendios. Esta planificación se diseñó de acuerdo con los criterios y las prioridades indicadas por el Grupo de Actuaciones Forestales (GRAFO) de los Bombers de la Generalitat.
Nuevas planificaciones
Con todo, Acció Climàtica considera "prioritario a las comarcas de Lleida y del Alt Pirineu emprender la redacción de los instrumentos de planificación de incendios de los terrenos que se sitúan fuera de los actuales ámbitos definidos hace más 20 años". La cuestión es que la evidencia del cambio climático con el incremento de las temperaturas y de la modificación del régimen de lluvias determina la ampliación hacia el norte de las zonas de alto riesgo de incendio. Eso obliga a sobrepasar la delimitación de los PPP y abordar la planificación estratégica de incendios en casi todo el Pirineo, sin olvidar el sur de las comarcas de Lleida Segrià-Garrigues-Urgell. Entonces, se ha propuesto una inversión importante para la redacción de los documentos de planificación sobre unas 20.000 ha entre las comarcas del Pirineu y de Lleida. Con respecto a los proyectos previstos en la demarcación, hay que destacar la zona del Prepirineu delimitada entre el río Segre, la Noguera Pallaresa, el port del Cantó y la serra de Boumort, que abarca cerca de 10.000 ha. Esta zona se considera un espacio de una gran vulnerabilidad ante los futuros incendios por la continuidad geográfica que representan las grandes masas arborizadas y por el efecto del incremento de las temperaturas. Además, coincide en que esta gran área está prácticamente del todo incluida en la red Natura 2000, y, por lo tanto, hay que preservar el gran valor natural y paisajístico.
El Departamento también realiza tratamientos silvícolas en una superficie de 50 hectáreas en una zona que se quemó durante un incendio el año 1994 y restaurada entre 1996 y 1998. Los objetivos de estos tratamientos silvícolas son la disminución y eliminación de la continuidad vertical del combustible para la prevención de incendios y la mejora de la vitalidad de las repoblaciones disminuyendo la competencia de los árboles entre ellos para que se puedan adaptar mejor en el nuevo escenario de temperaturas más elevadas, menos pluviometría y episodios más extremos. Estos trabajos se hacen en la Montaña de Ger, Fontanals y Puigcerdà y está previsto que tengan una duración de cinco meses.
Nuevas brigadas
Desde este mes de abril, y por primera vez, el GEPIF tiene una base a Tremp (Pallars Jussà) para ejecutar trabajos de prevención de incendios en las comarcas de Ponent y en la zona de las comarcas pirenaicas. Este refuerzo está formado por seis personas y cuenta con vehículos específicos para hacer tareas de prevención y primera intervención en incendios agrícolas y forestales. El equipo también servirá para reforzar los trabajos silvícolas de prevención de incendios también en la zona pirenaica y las cremas controladas de vegetación para el mantenimiento y la mejora de pastos. Hasta el 1 de junio, llevan a cabo tareas de mantenimiento de infraestructuras de prevención de incendios forestales. Estas tareas son la revisión de puntos de agua, y eso incluye la limpieza del perímetro y la comprobación y reparación si es necesario del suministro de agua; y también el mantenimiento de los caminos de la red básica de prevención de incendios forestales, que incluye las franjas de protección a ambos lados del camino, la apertura de espacios para facilitar la entrada de los vehículos de extinción y el mantenimiento de los giradores para facilitar las maniobras en caso de incendio. Además, también se lleva a cabo el mantenimiento de los cortafuegos estratégicos existentes y de las zonas de seguridad de aquellos espacios muy visitados durante el verano que en caso de incendio pueden ofrecer zonas seguras a los visitantes.
Estas primeras semanas, han trabajado en el municipio de Àger (coll d'Ares), límite entre la Noguera y el Pallars Jussà, y en la revisión y el mantenimiento de puntos de agua de la red básica de prevención y extinción de incendios forestales. También están dando apoyo en la campaña de la pelusa en Lleida para minimizar el número de incendios de ribera, que este año ya han superado la treintena con más de 70 hectáreas quemadas. Del 1 de junio hasta el 30 de septiembre, las brigadas se centrarán en la vigilancia y primera intervención en incendios. La presencia del GEPIF en el territorio durante las ocho horas de más riesgo permite, por una parte, un efecto disuasivo, y, por otra parte, esta rápida primera intervención. La presencia sobre el terreno es muy importante para atacar los incendios lo antes posible y evitar que se vuelvan grandes y destructivos. Las rutas de vigilancia son marcadas según los mapas de peligro que elabora diariamente el personal técnico del Servei de Prevenció d’Incendis Forestals.
Situación actual
El año 2020, sobre todo la primera mitad, fue un año "bueno", pero desde entonces la pluviometría está por debajo o muy por debajo de aquello qué es habitual. Las comarcas de la plana de Lleida, en sus zonas forestales, sufren año tras año la problemática de los incendios porque los veranos son muy rigurosos. Incluso en años de buena pluviometría, esta no acostumbra a ser suficiente para afrontar el rigor del verano. Las comarcas ya más montañosas que en parte o enteras pertenecen en el Prepirineu como la Noguera, el Pallars Jussà o el Alt Urgell han sufrido una situación similar o peor y están menos capacitadas enfrente del fuego que las comarcas de la plana. Eso es así, porque la carga de vegetación que tienen es mucho más elevada. En la mitad sur de estas comarcas los veranos también son rigurosos y, con el importante déficit pluviométrico que arrastran, afrontan este verano en condiciones muy malas. Estas últimas semanas están siendo secas y con temperaturas de un mes de julio.
Lo que queda del mes de mayo y junio acabarán de definir el peligro con el cual enfrentaremos el verano. Si bien las predicciones estacionales no son una referencia del todo fiable, el consenso es que en los próximos meses la lluvia estará por debajo del habitual para la época. Si se confirmaran las predicciones estacionales, tendríamos que esperar una campaña dura en estas comarcas. Las zonas pirenaicas tienen un régimen de temperaturas y lluvias diferente. Eso hace que, con excepciones, no sean una zona afectada por los incendios en estas épocas del año. Sin embargo, se espera que las zonas bajas de los Pirineus vayan entrando, cada vez más, en el tema del fuego forestal. Principalmente, las zonas próximas a los valles donde, a causa de la irregularidad y calentamiento del clima, es previsible que un comportamiento más mediterráneo vaya ganando terreno en detrimento del clima de montaña. Las situaciones como la de este fin de semana se pueden ligar a patrones de irregularidad también perjudiciales a estas comarcas.