La fast fashion cada vez es más común en nuestra sociedad. Se trata de aquella ropa, normalmente fabricada por grandes multinacionales, que tiene un precio bajo y suele ser de mala calidad, pero que consumimos impulsivamente a pesar de saber que pronto quedará obsoleta. Esta nueva tendencia es totalmente insostenible. porque supone gastar millones de litros de agua y materias primas y generar emisiones que perjudican gravemente el medio ambiente.
Un tejido insostenible para el planeta
Después de la alimentación, la vivienda y el transporte, el consumo global de productos textiles es el cuarto mayor demandante de recursos básicos y agua y el quinto emisor de gases de efecto invernadero. Y esto teniendo en cuenta que actualmente se venden 100.000 millones de prendas de ropa cada año en todo el mundo. De esta cifra astronómica, menos del 1% de todos estos textiles mundiales se reciclan para convertirlos en nuevos textiles.
En Catalunya, por ejemplo, cada catalán consume de promedio entre 21,5 y 26 kilos de productos textiles cada año. Sin embargo, solo un 12% de estos residuos se reciclan. En España, se calcula que anualmente 990.000 toneladas de productos textiles van a parar al vertedero, mientras que en Catalunya se invierten 147.000 toneladas de residuos textiles.
La (no) separación del textil es un problema emergente a lo largo de los últimos años en todo el mundo, ya que este sector es uno de los mayores consumidores de recursos, con un enorme impacto ambiental y climático. En nuestrro país, representa el 4% de los residuos municipales, que mayoritariamente se tiran erróneamente al contenedor gris. ¿Cómo se tiene que reciclar la ropa y el calzado? ¡Te lo contamos!
Un residuo con un gran potencial de recogida selectiva
Lo primero que se tiene que tener claro es que antes de tirar la ropa que ya no utilizamos, podemos tratar de alargar su vida útil. En Catalunya hay varias opciones en este sentido: entregarla a entidades sin ánimo de lucro que la donan a personas que la necesitan, revenderla en mercados o a través de aplicaciones móviles, llevarla a tiendas de segunda mano o incluso utilizar tu creatividad para darle otro uso.
Sin embargo, todo textil, por viejo que sea, se puede reciclar: se tiene que depositar en el contenedor de ropa. Estos contenedores se encuentran en diferentes instalaciones públicas, y también en los centros de reciclaje. Es recomendable que la ropa y el calzado se depositen en bolsas de plástico cerradas para que se mantengan en buen estado y no se mezclen con otras piezas contaminadas.
Hay que aportar a los sistemas de recogida selectiva todo el textil y el calzado que ya no utilizamos, incluida la ropa con agujeros, rota o muy gastada. Las vías de gestión existentes permiten que el residuo se reutilice o se valorice de manera casi total y, por lo tanto, sea mínimo el residuo no aprovechable. ¡Incluso el calzado desaparejado tiene salida en el mundo de la reutilización!
Transición a un modelo reaprovechable
Por lo tanto, es necesario y urgente hacer cambios profundos en el modelo de producción y consumo del sector del textil y avanzar hacia un modelo circular, más sostenible y regenerativo para el planeta. La concienciación sobre la necesidad de ir hacia la circularidad, así como de introducir cambios en la industria del textil, nunca ha sido tan grande y tan extendida en todo el mundo. Además de una mayor demanda de los consumidores de productos sostenibles, varias iniciativas públicas y privadas están avanzando para favorecer un cambio de modelo con varias soluciones a los problemas sociales y ambientales más urgentes del textil.
No obstante, queda mucho por hacer para que estos cambios se conviertan en prácticas generales, y no puntuales como hasta ahora. Hay una tendencia regulatoria a nivel europeo, estatal y catalán que impulsa la transformación sostenible del sector textil hacia la economía circular. Todas las nuevas normativas se han marcado unos objetivos a corto, medio y largo plazo que no se conseguirán sin un cambio significativo por parte de todos los actores.
¿Qué se hace con la ropa que lanzamos?
La clasificación del textil y del calzado se hace manualmente. En primer lugar, se procede a la rotura de las bolsas y a la segregación de los complementos y de los zapatos, como también de aquellos materiales impropios que llegan dentro de bolsas de plástico o sacas, como por ejemplo: plásticos, libros, juguetes, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos o basura. A partir de aquí, se clasifican en función del estado de conservación.
Por un lado, la ropa en buen estado se envía a tiendas de segunda mano. Por otro lado, hay piezas que no se pueden reutilizar pero sí valorizar. De estos materiales reciclables se hacen trapos, borra o bien hilo nuevo. En este último caso, el hilo nuevo se obtiene del reciclaje de las fibras (algodón, lana y fibras sintéticas, etc.) y posteriormente se transforma en textil nuevamente o en otros productos. Finamente, aquel textil que no se puede ni reutilizar ni valorizar materialmente es el residuo propio de la actividad y se gestiona principalmente por vía de la valorización energética o de la disposición final.
Pacto por la Moda Circular
La Generalitat de Catalunya ha trabajado de la mano con agentes de toda la cadena de valor del textil para desarrollar el Pacto por la Moda Circular y desplegarlo este 2022. Este gran pacto catalán, en colaboración con la Unión Europea, ha establecido unos objetivos sectoriales globales y específicos para cada segmento de la cadena de valor del textil que responden a los retos ambientales, sociales y económicos del sector.
El Pacto nace con la voluntad de sumar y coordinar los esfuerzos de todos los agentes de la cadena de valor del textil y para dar una respuesta conjunta y efectiva a los retos del sector, establecer objetivos comunes y generar instrumentos que hagan posible la transformación del sector hacia un modelo circular. Las empresas, entidades, organizaciones y administraciones firmantes se han comprometido a trabajar de forma colaborativa para alcanzar los objetivos globales del Pacto por la Moda Circular de Catalunya.
Los objetivos del Pacto para el 2024 son, entre otros, la voluntad de rebajar entre un 5 y un 10% la generación de residuo textil (kg/hab./año). Incrementar entre un 25 y un 30% la recogida selectiva del residuo textil. Finalmente, aumentar el % de valorización material del residuo textil recogido selectivamente.
¿Tienes alguna duda?
A pesar de conocer perfectamente la teoría, a veces hay productos que generan dudas sobre en qué contenedor tienen que ir. Es por eso que la Agencia de Residuos de Catalunya ha desplegado la plataforma en línea residuonvas.cat, que busca ser una guía para una correcta separación de los residuos municipales. Se trata de una herramienta para resolver las dudas que puedan surgir a la hora de separar correctamente determinados residuos.