Catalunya ya tiene más de 400 adoquines stolpersteine colocados en 61 municipios del país. En concreto, 408. Es la cifra alcanzada hoy por la tarde, después de colocarse 10 adoquines del Memorial Democrático delante de la estación de tren de Vic, acto en el que han asistido representantes del Ayuntamiento de Vic y del Departament de Justicia y familiares en memoria de diez vicenses deportados en campos de concentración nazi, seis de los cuales fueron asesinados. Uno de los impulsores de recuperar la memoria histórica de la capital de la comarca de Osona y sumarse al proyecto stolpersteine es Manel Montero, agente de la Guardia Urbana de Vic, que asegura que "Vic ha callado mucho tiempo la represalia vivida", y empezó a recuperar la histórica del municipio sobre los voluntarios de las brigadas internacionales enterrados en el municipio, como el hospital militar internacional, con médicos y enfermeras de todas partes, la mayoría, anglosajones, que se instaló de abril 1938 a febrero de 1939 en el convento del Escorial de Vic, donde ahora hay una escuela.

Los adoquines stolpersteine son placas artísticas urbanas creadas por el artista alemán Gunter Demnig, en recuerdo de todas las personas deportadas por el nacionalsocialismo alemán. Se emplazan ante la última residencia donde la persona vivió en libertad. En el caso de Vic, por su orografía, se ha escogido la plaza de la estación del tren, ya que algunos republicanos y vecinos huyeron a través de este medio. Y, en la hoja de latón, hay gravado el nombre completo de la persona, el año de nacimiento y de deportación, el campo de concentración donde fue enviada y su situación final (asesinada o liberada). Desde 1993 se han colocado más de 60.000 adoquines en una veintena de países europeos. En Cataluña, las primeras cinco piedras se colocaron el 2015 en el municipio de Navàs (Bages), una de las cuales en recuerdo de Ramon Sala Besa, alcalde durante la Guerra Civil por ERC, deportado a Mauthausen y asesinato a Gusen en 1942.

Los vicenses muertos en los campos nazis, y hoy homenajeados, son: Joaquim Delgado Ribadulla, Josep Franquesa Vidal, Artur Piqué Fargas, Lluís Serradell Santanera, Felicià Tona Bassas y Josep Verdaguer Anglada. Y los deportados en campos nazis y finalmente liberados son: Ramir Badia Quintilla, Carles Franquesa Güell, Miquel Gudiol Rivera y Joan Rodríguez Pons.

El bisabuelo

En el acto de esta tarde ha participado familiares de Felicià Tona Bassas, del cual su bisnieto, Adrià Casas, ha recuperado su memoria en un trabajo de investigación de bachillerato, ahora hace tres años. "En casa hablaban del bisabuelo Feliciano y de lo que le pasó y yo, de pequeño, lo veía como un hecho muy oscuro. Cuando tenía unos 6 años fuimos al campo de Mauthausen, no era muy consciente, pero sentí rabia y no entendía que se matara personas", recuerda Casas, que añade que fue su madre quien lo convenció para hacer el trabajo intentando seguir los pasos de su bisabuelo, que era repartidor en Vic, y tuvo que huir al acabar la Guerra Civil, en 1939. "La mayoría de fuentes españolas no me contestaron, solamente el archivo de Salamanca. Me dejó helado. Recibí más respuestas y ayuda de fuentes y archivos franceses. En España aún es un tabú", sostiene el joven, que ahora estudia en la universidad en Barcelona. Explica que pudo montar el rompecabezas de Feliciano en su marcha al exilio, pasando por el Pertús, que quería llegar a Bélgica sin alcanzarlo. "Estuvo construyendo el campo de Gusen y murió allí, en 1941," detalla Casas, que se muestra "muy contento" por el acto de hoy y que se pueda reconducir y recordar todas las personas que huyeron del franquismo.

La consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, ha participado en el homenaje a estos vicenses y ha explicado la apuesta del departamento para recuperar la memoria histórica del país y que la conozcan los jóvenes, además del impulso de una nueva ley, que ampliará el concepto de víctimas, ahora limitado a personas muertas. Ciuró ha destacado la importancia de reivindicar estos actos: “Porque nos permiten recordar los hechos pasados, rendir homenaje a las víctimas, y demuestran que, como país, estamos comprometidos con el resarcimiento del sufrimiento y a divulgar la memoria democrática.”

La consellera de Justícia, Lourdes Ciuró, con la alcaldesa de Vic, Anna Erra, en el acto de homenaje a las víctimas del nazismo, hoy. Foto: D.J.

"Devueltos del olvido"

Por su parte, Manel Montero explica que un día por Todos los Santos, en su turno de trabajo como agente de la Guardia Urbana, una persona le pidió buscar un nombre del cementerio, y resultó ser Kevin Rebbechi, un joven australiano que vino a Catalunya a luchar para el bando republicano. A partir de aquí se puso en contacto con la familia y también con organizadores que mantienen viva la memoria de los voluntarios de las brigadas internacionales, y así surgió su libro Buscando a Kevin, presentado en el 2015. El Ayuntamiento de Vic también se avino a hacer una placa conmemorativa para los otros brigadistas sin nombre enterrados en una fosa comuna del cementerio. "Aquí solamente se ha explicado la historia de los vencedores. Y en Vic, además, la Iglesia tenía mucho poder, y se ha callado la historia", afirma Montero, un apasionado de la Historia. También destaca que "en los homenajes a los brigadistas en el extranjero se ponen banderas catalanas en los ramos de flores y coronas". Montero también ha recuperado la historia del hospital militar internacional, que se instaló en Vic por su situación estratégica y cerca del tren, y que tenía bastante material avanzado. Montero se impactó al descubrir que una vicense fue fusilada en el Campo de la Bota, en marzo de 1940, un año después de ser detenida porque estaba embarazada, y esperaron que tuviera el niño, cogérselo y asesinarla. Manel Montero hará una visita guiada por el municipio sobre los vicenses víctimas del holocausto, bajo el nombre Devueltos del olvido, el próximo 8 de mayo.

 

Manel Montero, con un adoquín stolpersteine. Foto: M.M.

El año 2018 el agente de la Guardia Urbana propuso a la entonces concejala Sussanna Roura sumarse al proyecto de las stolpersteine, y empezó la búsqueda de vicenses deportados, y en el archivo municipal un familiar le dio bastante documentación. Confiesa que lo ayudó bastante el libro de Motserrat Roig, Los catalanes en los campos nazis. Finalmente, identificaron a diez, de los cuales ha intentado buscar familiares, algunos de los cuales han participado en el homenaje y en un caso ha rehuido. Y es que muchos de los que se marcharon y pudieron ser liberados rehicieron sus vidas en el extranjero, mientras quedaban madres e hijos sufriendo la dictadura de Franco. Vic, además, redondea la recuperación de la memoria histórica con un proyecto educativo con alumnos de secundaria y bachillerato en cinco centros educativos. "En una clase, donde mostraba imágenes de los campos de concentración en blanco y negro. Una alumna nos dijo: 'eso lo he vivido yo en color, en Siria, con alambres y muertos al lado'", recuerda Montero, como una experiencia "frapant" en estas sesiones con adolescentes y jóvenes. Su objetivo es "provocarlos para que se expresen y "más allá de recordar la historia, valoren lo que tienen y apliquen principios humanos, de respecto a la otra persona y altruistas". Montero explica que hace lo mismo en las clases de educación vial, donde pregunta a los alumnos más mayores cómo se las arreglarían en situaciones extremas, como después de haber sufrido un accidente de tráfico y quedar en una silla de ruedas.

Más adoquines

Por su parte, el Memorial Democrático informa que para este año está gestionando los adoquines en proceso de petición en Alemania, que incluye municipios como Terrassa, Lleida, Arbeca, la Granadella, la Pobla de Cérvoles, Caldes de Montbui, Reus, Tarragona, la Hospitalet, entre otras. Actualmente, solo queda un adoquín pendiente de instalar en Sant Joan Despí.

 

Montero con alumnos, en una visita al cementerio de Vic, donde se puso una placa por los voluntarios de las brigadas internacionales. Foto: M.M