Según informa la Cadena Ser, que ha tenido acceso a la declaración del cazador ante los Mossos, el presunto homicida, Ismael Rodríguez, de 28 años, ha indicado que tuvo que vaciar la escopeta en "un acto instintivo, no voluntario", y que no recuerda ni haber apuntado a los agentes ni qué le pasó por la cabeza para disparar su arma.
Lo único que recuerda el cazador, según su declaración, es que los agentes rurales lo saludaron con un "buenos días" y que le pidieron que descargara el arma, una escopeta de cartuchos para la que no tenía el permiso vigente.
A partir de este momento, el cazador dice no recordar su reacción, ni que apuntara a nadie, ni a qué distancia estaba, y que no se explica cómo llegó a vaciar la escopeta con los tres cartuchos que el arma permite disparar de forma consecutiva.
En estado de choque
Ismael Rodríguez recuerda que, a instancia de sus compañeros de caza y en estado de choque, llamó al número de emergencias 112 para alertar de lo que había sucedido. Durante la llamada, ha indicado, no tenía conciencia sobre lo que estaba diciendo y pasó el teléfono a otra persona de su grupo de cazadores para que acabara de explicar lo que había pasado.
El cazador, que según fuentes de la defensa se mostró muy arrepentido por el crimen, también contó que no toma ningún fármaco y que no está bajo tratamiento de ningún tipo de enfermedad.
Ismael Rodríguez sigue detenido en la comisaría de los Mossos de Lleida y el martes pasará a disposición judicial.