CCOO quiere alertar sobre la situación que se está viviendo en Taigua, en Terrassa. El pasado 9 de diciembre se cumplían seis años de la remunicipalización del servicio de agua en la ciudad, mediante la empresa pública municipal Taigua. La subrogación en una empresa pública creó buenas expectativas a la plantilla, sobre todo por los primeros pactos de adecuación de las condiciones laborales firmados con el ayuntamiento justo antes de la reversión.

Pero las expectativas se han ido disolviendo durante estos seis años, sobre todo entre la plantilla que gestiona el agua en alta desde la central elevadora de Abrera (más del 20% de los trabajadores y trabajadoras de Taigua).

Las causas son visibles y objetivas y han provocado la pérdida del sentido de pertenencia de la plantilla hacia la empresa. La falta de formación, la poca voluntad en la prevención de riesgos laborales, la dejadez en la incorporación de recursos humanos, la desinversión en infraestructuras del centro de trabajo, y la falta de comunicación, transparencia y negociación clara y honesta con la representación sindical han sido los detonantes de la situación descrita.

Finalmente, a todo eso se le suman dos hechos que han culminado en este redactado de denuncia hacia la Gerencia de la empresa. En primer lugar, CCOO ha tenido que recurrir a la dirección de ATL (Ens d’Abastament d’Aigua Ter-Llobregat) para enterarse de la negociación que se está portando para traspasar la gestión del agua en alta de Taigua en ATL. La plantilla y la representación del personal de Abrera han pedido explicaciones por la falta de transparencia en un cambio sustancial que está previsto para principios de 2025. En segundo lugar, en las elecciones sindicales del día 27 de noviembre, el gerente envió un escrito a los integrantes de la mesa electoral, trabajadores de Abrera, amenazándolos de sanciones laborales y de acciones penales, si hacían caso a una reclamación electoral de CCOO.

Esta amenaza es la gota que colma el vaso y desde CCOO hemos pedido al Ayuntamiento de Terrassa, titular de la empresa y máximo responsable, que tome medidas de la misma manera como se haría con cualquier otra persona trabajadora de la empresa, que si no fuera el gerente hubiera merecido una sanción dura o, incluso, el despido directo.