El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca, en Barcelona, es el que más personas tuvo cerradas en 2023 en todo el estado español. Concretamente, acogió a 589 de las 2.085 en el conjunto de los siete recintos del estado español —los otros están en Algeciras, Las Palmas, Murcia y Valencia, mientras que los de Madrid y Tenerife quedaron cerrados por obras—, es decir, un 28% del total. Además, el único CIE en Catalunya también es el que tuvo los internamientos más largos, con una duración de 34 días de media (por encima de los 27 días en el conjunto del sistema). Estos son los datos que se extraen del informe del Servicio Jesuita a Migrantes en colaboración con Migra Studium y otras entidades, titulado Internamiento 'muteado', y que tiene como objetivo poner el acento en la opacidad política y el silencio social que rodea los CIE.
El análisis también revela otros datos preocupantes con respecto al CIE ubicado en la Zona Franca. Del total de personas internadas, 336 (es decir, más de la mitad) lo estaban por estancia irregular en el estado español, cosa que supone la gran mayoría. Más lejos quedan las 68 recluidas por haber llegado con patera, y las 58 detenidas por expulsión judicial para sustituir una pena superior a un año, entre otras casuísticas. El CIE de la Zona Franca también es el único donde hay mujeres, con un total de 62 (mientras que dos otras estuvieron en Madrid los pocos días que estuvo activo este centro). Con respecto a las personas liberadas, de las 561 personas que salieron del CIE de la Zona Franca el año pasado, 322 fueron puestas en libertad (el 57%) y 218 fueron expulsadas o devueltas (el 39%).
"El internamiento es una medida innecesaria, ineficaz y de sufrimiento"
El Servicio Jesuita en Migrantes y las entidades que visitan los CIE indican que muchas personas tenían perfiles muy complejos, en situaciones de mucha vulnerabilidad y con arraigo. "El internamiento es una medida innecesaria, ya que no depende la eficacia de las devoluciones y expulsiones. Es una medida ineficaz, y es una institución sumamente aflictiva y un sufrimiento oculto en la sociedad y muy costoso para el bolsillo del contribuyente", ha avisado Josep Buades, primer autor del informe.
Cel Far, educadora social y voluntaria de visitas al CIE de la Zona Franca, ha recordado los nombres de algunas personas cerradas que solicitaron visita y algunas de las cuales no llegó a conocer, ya que cuando recibió la autorización para entrar en el centro ya habían sido expulsadas o puestas "en relativa libertad, con un papel en la puerta del CIE y, con un poco de suerte, con una tarjeta de metro con algún viaje". Esta voluntaria también ha relatado las condiciones precarias en que hacen las visitas y ha hablado de las vidas, muy frágiles y en situación de mucha vulnerabilidad, de las personas cerradas en estos centros.
Con respecto a la vida de las mujeres en este centro, los autores avisan de las condiciones. "Ha habido episodios en que solo ha habido una mujer al módulo durante días. Creemos que esta situación añade una penosidad a la situación de internamiento", ha alertado José Javier Ordóñez, abogado de la fundación Migra Studium y coautor del informe. Ordóñez también ha querido poner el foco en la retención de un grupo de 69 personas bolivianas sin visado válido en un crucero en abril en Barcelona. Para este abogado, el crucero se convirtió "en una especie de CIE para hacer el cribado de entrada a Estado". "Estamos convencidos de que fue una prueba piloto de cómo tendría que funcionar el Port de Barcelona en la aplicación de futuras políticas del Pacto Europeo", ha avisado Ordóñez, que ha lamentado que se tenga muy poca información de lo que pasa en el Port de Barcelona.