Los científicos que monitorizan el volcán de La Palma aprecian "signos positivos" que podrían augurar el principio del fin de la erupción. De momento, los expertos permanecen pendientes de que estos signos se consoliden en los próximos días. Más concretamente, el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ha identificado este miércoles "valores de dióxido de azufre y del tremor volcánico a la baja", un hecho que han cualificado de "positivo". Aun así, han matizado, "siguen siendo altos para hablar del final de la erupción".
"Signos positivos"
Hay signos que la erupción de La Palma va a la baja. Así lo ha hecho público Pevolca, recogido en un hilo de Twitter.
Carmen López, portavoz del comité científico del Pevolca, ha destacado a Efe el descenso de la señal del tremor desde el mediodía de ayer martes y que se ha mantenido en las últimas horas. A eso se añade la última medición de dióxido de azufre (SO2) en el penacho, en torno a las 9.600 toneladas diarias, lo que confirma la "tendencia descendente" de los días pasados, con el paréntesis del valor obtenido el lunes, si bien la emisión de CO2 sigue en ascenso: 1.750 toneladas.
El otro dato en el que se fijan los científicos es la actividad sísmica, que se mantiene en las mismas zonas y profundidades, con uno de magnitud 5 a primera hora de la mañana. Carmen López ha enfatizado que la evolución de los datos del tremor y de emisiones SO2 "son signos positivos, no hay duda", pero siguen siendo "valores muy altos", aunque "si seguimos en ese camino, iremos bien".
Bombas de lava
El volcán de Palma expulsa bombas de lava del tamaño de una rueda de coche. Se trata de rocas de magma líquidas por dentro y sólidas por fuera que pueden caer a varios kilómetros de distancia con la posibilidad de ocasionar daños. Desde que el volcán de Cumbre Vieja empezó a erupcionar, no ha dejado de ofrecer imágenes espectaculares. Esta semana, sin embargo, se ha llegado un paso más allá. Y es que el geoquímico alemán Harri Geiger ha podido grabar cómo el volcán expelía estos proyectiles de lava que, en su recorrido por el aire, se desfiguran y se redondean. Acto seguido, caen volcán abajo a gran velocidad. Las bombas volcánicas de mayores dimensiones suelen caer cerca del centro generador de magma durante una erupción, mientras que los trozos de material volcánico más pequeños pueden caer a varios kilómetros y producir daños.