Desde pequeños, nos han vendido la idea de ir a la universidad. Padres, madres y profesores han incidido insistentemente en la necesidad de obtener un grado universitario con el fin de tener éxito a la vida. ¿Pero y si estos discursos fueran errados? Es una de las conclusiones que puede obtenerse a partir de un estudio que analiza la evolución educativa de los jóvenes españoles y la de los jóvenes a europeos en relación con su capacidad para encontrar trabajo, y que revela también la masificación de las titulaciones de enseñanza superior. El estudio analiza datos de 2001, en 2011 y en 2021 para saber cómo ha evolucionado la tasa de empleo en España y en la Unión Europea.

Hace veinte años, en el estado español la diferencia de empleo entre aquellas personas de 25 a 34 años que solo habían acabado la educación básica y aquellas que tenían grado universitario era solo de 11,1 puntos (un 64,6% de empleo frente a un 75,7%). Llegó la crisis económica, sin embargo, y en 2011 la brecha se había abierto para perjudicar gravemente los menos preparados. La distancia entre los jóvenes con una educación básica y aquellos con una educación universitaria prácticamente se dobló, subiendo hasta los 19 puntos (un 57,9% de empleo frente a un 76,9%). Lo más preocupante es que en los últimos diez años, estas proporciones no se han visto alteradas, y todavía se mantiene la distancia de 19 puntos (un 59,2% de empleo frente a un 78,2%).

Todo ello evidencia que la brecha en la tasa de empleo de los jóvenes españoles con un nivel de estudios básicos (primaria o ESO) y los titulados universitarios o con una FP Superior se ha cronificado desde la crisis económica de 2008. No es sorprendente que aquellas personas con una mejor educación hayan podido encontrar trabajo más fácilmente, pero sí que provoca un grito de alerta el hecho de que aquellos colectivos con una peor formación todavía los cueste tanto encontrar trabajo.

Una comparación con Europa

Ahora bien, cuando los datos se comparan con la media de la Unión Europea es cuando hay que replantearse si actualmente la carrera universitaria tiene que ser la salida a todos los problemas laborales. Mientras que en España un 78,2% de jóvenes con la educación universitaria acabada encuentran trabajo, la media europea es mucho más elevada, concretamente del 85,1%. Pero es que incluso los europeos que tan solo disponen de una educación secundaria superior (es decir, Bachillerato o Grado Medio de FP) tienen una tasa de empleo más elevada, concretamente del 78,4%. Por el contrario, aquellos europeos que solo tienen la educación básica se encuentran a más parados que los españoles (un 56% de empleo frente a un 59,2%).

¿Qué permite concluir eso? Uno de los puntos claves tiene que ser que la salida del paro no siempre tiene que implicar la obtención de un grado universitario. La finalización del bachillerato y de un Grado Medio de FP es suficiente a la Unión Europea para encontrar trabajo, y también tendría que serlo aquí. Y aquí está donde entran otros datos que revela el estudio: mientras que la mitad (49%) de españoles tiene un grado universitario, solo una cuarta parte (24%) tiene el título de Bachillerato o de Grado Medio de FP. Por el contrario, un 28% solo ha acabado la secundaria. En Europa, la cifra de jóvenes con educación básica es ínfima, y supone tan solo el 12% del total. Y no es que haya muchos más universitarios que en España, porque solo el 46% de los jóvenes europeos tienen este título. La diferencia radica en la anchísima proporción de personas que han optado por culminar su Bachillerato o Grado Medio de FP, que prácticamente dobla la proporción en España.