Las últimas cinco discotecas que se mantienen abiertas a la Zona Hermética de Sabadell, no quieren bajar la persiana. Los propietarios de Park Paladium, Drinking, el antiguo A-18, Vinilo y Coco piden al Ayuntamiento de la localidad que los deje "subsistir" y los permita seguir con su actividad mientras se redacta el nuevo plan director que tiene que definir dónde y cómo se tiene que repartir el ocio local. El texto tendría que estar terminado este 2018 y prevé distribuir la actividad a varios puntos de la localidad abriendo la puerta a que pueda concederse alguna licencia a la Zona Hermética. Los empresarios se muestran dispuestos a luchar hasta el final, aunque denuncian que "no hay voluntad política". Reconocen que se trata de la crónica de una muerte anunciada, ya que en el último año cinco establecimientos más han tenido que cerrar después de recibir las notificaciones judiciales pertinentes. "Somos conscientes de que tenemos los días contados y sólo estamos esperando un papel", lamenta Joan Cosp, presidente de los Locales de Ocio de la Zona Hermética. El último local que cesó su actividad fue el popular bar Lemon hace justo dos semanas.
Dos años después de que entrara en vigor el Plan especial de regulación de usos recreativos en el barrio de Gràcia de Sabadell que establece el cierre de todos los establecimientos de ocio de la Zona Hermética, los últimos cinco locales que todavía se mantienen en pie piden al Ayuntamiento que haga una concesión con ellos.
La semana pasada los empresarios se reunieron con el alcalde de Sabadell, Maties Serracant, y otros representantes municipales para transmitirles su preocupación. "Ellos quieren cerrar, están a la espera de que acabe el procedimiento administrativo y cuando acabe no hay voluntad política de solucionar el tema", afirma Cosp que lamenta que una ciudad de 210.000 habitantes esté a punto de quedarse sin ocio nocturno."Estamos hablando de una situación que estaba el año 2007 y que se está abordando once años después. Entonces aquello parecía jauja pero ha pasado la crisis que llevó muchos negocios a cerrar y otros han ido desapareciendo a causa del procedimiento judicial, ahora sólo quedamos cinco y el escenario es muy diferente", asegura el portavoz del colectivo.
De la decena de locales que se mantenían abiertos el mes de mayo de 2017 ahora sólo quedan cinco. "Han ido recibiendo las notificaciones judiciales y poco a poco han ido cerrando", relata Cosp que reconoce que el futuro que parece que espera en el resto es este. "Somos conscientes de que tenemos los días contados y sólo estamos esperando que llegue este papel", lamenta. Cosp asegura que la medida afectará a 225 empleados directos que se quedarán sin feina. El último establecimiento que bajó la persiana fue el popular bar Lemon hace dos semanas.