Cinco personas siguen desafiando las autoridades y siguen sin desalojar el edificio 'El Barco' de Esplugues de Llobregat, a pesar del riesgo de hundimiento. En concreto, son tres núcleos familiares que se niegan a marcharse del edificio, según han informado fuentes municipales. El primer teniente de alcaldía de Esplugues de Llobregat y concejal de Urbanismo, Eduard Sanz, ya los advirtió durante toda la jornada de este martes "están poniendo en riesgo su seguridad". Este martes al mediodía, los Bomberos pudieron desalojar dos pisos que también se habían negado, pero todavía quedan vecinos que se resisten. El edificio, asegura el concejal, "podría entrar en colapso y caer" en cualquier momento. De hecho, los informes técnicos apuntaban que las patologías que acumulaba el inmueble son "una amenaza de riesgo estructural".
Riesgo de hundimiento
El ingeniero municipal, José María González Lera, ha detallado que el hormigón no se ha podido analizar porque está "deshecho" y también el hierro de los forjados está "completamente degradado". En la revisión del edificio también se observaron "grietas longitudinales" de las que no se puede calcular su alcance, a la vez que se ha constatado que algunos materiales de construcción estaban basados en yeso muy dañado por el paso de los años. González Lera ha precisado que hace más de un año el Ayuntamiento encargó un análisis del edificio tan pronto como lo expropió, y ha asegurado que en aquel momento solo detectaron deficiencias exteriores. A raíz del hundimiento de un falso techo en febrero ha sido cuando han hecho un nuevo análisis exhaustivo de la estructura del edificio y han detectado "que no se puede garantizar la estabilidad".
Servicios Sociales llevan desde el lunes mediando con las familias que están en el edificio para convencerlas de abandonar el espacio. Según el Ayuntamiento, les han cortado el suministro de gas mientras han solicitado al resto de compañías suministradoras que también corten el agua y la luz. Mossos d'Esquadra y Bombers han acordonado la zona por si fuera necesario acabar interviniendo.
Autorización para desalojar 'El Barco'
El concejal de Urbanismo ha advertido que "es una situación que no se puede mantener" y ha explicado que el Ayuntamiento ha pedido al juzgado de Esplugues una orden judicial por si el reducido grupo de familias persiste y considera que es necesario ejecutar el desalojo a través de la justicia. En este sentido, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha informado de que la Policía Local de Esplugues presentó este martes un atestado al juzgado de guardia en que pedía autorización para practicar el desalojo inmediato del edificio. Dado que el inmueble es de titularidad pública y que existe un expediente administrativo, el juzgado de guardia ha considerado que la competencia corresponde a un juzgado del Contencioso Administrativo. Así, el juzgado de guardia ha iniciado el proceso de inhibición, que según indica el TSJC, no se completó durante la jornada del martes.
En paralelo a estas personas que todavía hay dentro, han empezado los trámites para apuntalar los pisos, unas tareas que se prevé que duren hasta el fin de semana. Con las viviendas apuntaladas, se espera que los vecinos puedan hacer varias entradas para recoger todas las pertenencias que consideren necesarias. Con respecto a la atención social al conjunto de familias del edificio 'El Barco', Sanz ha detallado que el Ayuntamiento ya cuenta con "dos o tres viviendas" para poder llevar a cabo un realojamiento "inmediato" este mismo martes. Las primeras familias que se atenderán serán las de mayor vulnerabilidad, seguido de quienes tienen menores a cargo.
En el conjunto del edificio vivían más de un centenar de personas, de las cuales 25 son menores. De las 38 familias censadas, hay una decena —aproximadamente unas 40 personas— que han pedido un alojamiento temporal de emergencia. El consistorio también pide apoyo a la Generalitat para ofrecer soluciones a los afectados. Sanz ha recordado que todos los vecinos sabían que el futuro de 'El Barco' era el derribo, "pero con un calendario de trabajo más pausado". Ha concretado que la intención era trabajar las alternativas para todas las familias con un plazo de entre un año y medio o dos años máximo, que es el horizonte con que prevén tener acabados los pisos sociales que se están construyendo en diferentes zonas de Esplugues. Con el nuevo escenario y el estado de ruina declarado esta semana, el Ayuntamiento prevé derribar la finca a más tardar a finales de junio. Según Sanz, a todos los vecinos les garantizarán una alternativa hasta que los pisos sociales estén acabados, si bien no ha detallado cómo distribuirán a las familias. Entre las opciones que estudia el consistorio está la posibilidad de disponer de hoteles.
Indignación de los vecinos
Los vecinos desalojados llevan desde el lunes manifestándose en las puertas del edificio y mostrando su indignación con la gestión que está haciendo el consistorio con la crisis del edificio. ¿Uno de los afectados, Ronny Guzmán, ha criticado que el consistorio los comunicó el desalojo el lunes con una llamada y un comunicado en plena jornada laboral, mientras la policía se personaba en su casa y echaba a sus dos hijos —uno de ellos, menor de edad—. Guzmán lamenta que la solución de emergencia para las primeras 48 horas sea disponer de espacio en un albergue del barrio del Poblenou de Barcelona, del que tienen que estar fuera de 10 h a 19 h. "¿Qué hago con mis hijos en este horario"?, se pregunta, apuntando que el Ayuntamiento de Esplugues les ofrece un espacio municipal que no les es práctico por la distancia que hay entre los dos equipamientos. "Queremos una estabilidad digna y eso no lo es", resalta.
Este mismo vecino relata que hace más de un año que el Ayuntamiento empezó con ellos el proceso de realojamiento, para el que les ha pedido reiteradamente los contratos laborales y las nóminas. Todo un periplo que lamenta que se haya dilatado hasta el punto de llegar a la situación actual "en que vuelven a pedir la misma documentación, con la diferencia que ahora tienen que irse de casa". Guzmán entró el lunes por la noche a buscar algunas pertenencias, y asegura que sintió "mucha nostalgia" al ver su domicilio en riesgo de hundimiento sin poder despedirse de todas sus propiedades.