Hace años que Philip Morris International (PMI) decidió escuchar y dar respuesta a lo que la sociedad venía reclamando: abordar el impacto negativo que sus productos tienen, y buscar generar un abordaje positivo en la salud pública. Así, en 2016, PMI se marcó la misión de alcanzar un futuro libre de humo de los cigarrillos lo antes posible, y para ello la ciencia y la tecnología son piezas clave.

Para llevar a cabo esta misión puso a trabajar a más de 1.500 científicos y expertos en El Cubo, un centro dedicado a la investigación y a la innovación a orillas del lago Neuchâtel de Suiza. Aquí, este equipo cualificado, trabaja con la ciencia y la tecnología para mejorar la vida de las personas y desarrollar alternativas sin combustión ni humo que demuestren ser mejores opciones que seguir fumando.

En 2016, PMI se marcó la misión de alcanzar un futuro libre del humo de los cigarrillos lo antes posible

Tal y como señala Moira Gilchrist, directora global de Comunicación de Philip Morris International: “no podemos ayudar a eliminar el riesgo, pero sí a reducirlo”. Y continúa destacando que “después de varios años de estudios científicos sabemos que es la combustión la que genera la mayoría de las sustancias químicas dañinas, que luego provocan las enfermedades relacionadas con fumar. Por eso nuestro enfoque es el de eliminar la combustión para desarrollar productos que liberan nicotina (que no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con fumar)”.

El Cubo de la ciencia y la innovación 

Mientras llega el fin de los cigarrillos, y hasta que estos desaparezcan, empresas como PMI tienen una responsabilidad debido a su actividad, un objetivo que comparten los más de 1.500 investigadores que trabajan en la compañía. La mayoría de ellos están en El Cubo, un centro de más de 30 mil m2 dedicado a la investigación y a la innovación científica. Allí, en Suiza, es donde expertos en distintas áreas como ingeniería, producto o toxicología, están creando el futuro sin humo que nos espera.

"No podemos ayudar a eliminar el riesgo, pero sí a reducirlo", asegura Moira Gilchrist, directora global de Comunicación de Philip Morris International

“Los empresarios deberían pensar más como científicos”, afirma Moira Gilchrist. La directiva de la compañía destaca que, en Philip Morris, la ciencia es el núcleo de la transformación empresarial: “Mi empresa reconoce la importancia de asumir riesgos y aprender de los errores, dos conceptos que están en el centro de la innovación”, subraya.

El centro de investigación 'El Cubo' de Philip Morris International / Foto: PMI

Mientras llega el fin de los cigarrillos

A pesar de las políticas tradicionales adoptadas en aras de concienciar sobre lo perjudicial del hábito de fumar, así como aquellas destinadas a la prevención y cesación del hábito, la realidad es que en la actualidad aún hay más de 1.000 millones de fumadores en el mundo según datos de la OMS.

Para este grupo de personas que de otra manera van a seguir fumando, existe una tercera vía: la reducción del daño, a través del uso de alternativas con nicotina, pero libres de combustión y de humo, que la ciencia avala como mejor opción a seguir consumiendo tabaco y nicotina de la forma más perjudicial: el cigarrillo.

Existe una tercera vía: la reducción del daño, a través del uso de alternativas con nicotina, pero libres de combustión y de humo

Los estudios científicos han demostrado que lo más dañino de fumar no es la nicotina. Esta es una sustancia que se encuentra de manera natural en la hoja del tabaco, y aunque no está exenta de riesgo y es adictiva, no es el principal problema.

¿Y cuál es? El humo: al encender un cigarrillo, se quema y genera un humo que contiene más de 6.000 sustancias químicas, de las cuales unas 100 han sido identificadas por las autoridades de la salud pública como dañinas o potencialmente dañinas. Son estos altos niveles de sustancias tóxicas, la principal causa de enfermedades relacionadas con fumar.

Fotografía de 'El Cubo' tomada desde el lago Neuchâtel / Foto: PMI

Por tanto, la mejor opción siempre es no comenzar a fumar, y si ya se ha empezado, lo mejor es dejar el hábito por completo. Sin embargo, hay fumadores adultos que no lo van a hacer, pero debemos procurar que tengan acceso a toda la evidencia científica del hábito de fumar para que puedan tomar decisiones informadas.

De igual forma, la ciencia permite a las compañías impulsar su actividad sobre bases sólidas, gracias al trabajo de expertos con talento que buscan desarrollar innovaciones capaces de cambiar el mundo.