Después de casi dos años de dudas —y una paralización en medio por la convocatoria electoral del año pasado—, el Gobierno ha aprobado, finalmente, este martes, el real decreto que regulará a partir de ahora la selectividad a todo el Estado. La semana después de que se hayan celebrado las Pruebas de Acceso en la Universidad (las PAU, que se conocen con los nombres de EBAU o EVAU en otros puntos del territorio), y a la espera aún, que los alumnos sepan cuáles son sus notas y si podrán entrar en la carrera universitaria que desean, el Consejo de Ministros ya se ha puesto manos a la obra para establecer como serán los exámenes a partir del próximo curso. En junio del 2025 tendrán lugar las primeras PAU con estos nuevos criterios, que conforman el cambio más importante que experimenta la selectividad en cuarenta años de existencia. Te explicamos cuáles son las principales claves.

Criterios de corrección comunes en todo el estado

La nueva selectividad también será más similar en todo el Estado. Con el objetivo de armonizar y homogeneizar los exámenes a nivel español, y evitar que las comunidades operen de forma diferenciada, se impondrán una estructura y unos criterios de corrección "mínimos comunes" para todo el territorio. De esta manera, los parámetros de calificación valorarán aspectos como la adecuación a aquello que solicita el enunciado, la coherencia, la cohesión, la corrección y la presentación. A pesar de querer respetar las competencias de educación transferidas a las comunidades, Catalunya tendrá una menor flexibilidad a la hora de configurar el examen, si bien podrá mantener el nombre de Pruebas de Acceso en la Universidad, como hace actualmente.

De cuatro a nueve exámenes

Todos los alumnos que se presenten a la selectividad tendrán que hacer un mínimo de cuatro exámenes obligatorios, pero eso solo será el caso en comunidades sin lengua cooficial. En el caso de Catalunya, pues, seguirá habiendo cinco pruebas, a diferencia de otros territorios. Estas serán Lengua Catalana y Literatura, Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera (podrá escogerse entre inglés, francés, italiano, alemán y portugués), Historia de España o Historia de la Filosofía (a escoger) y la materia específica de la modalidad de bachillerato escogida.

Aquellos alumnos que quieran subir de nota podrán presentarse a un máximo de cuatro exámenes voluntarios, a escoger y diferentes de las de la fase común de acceso. De estas pruebas complementarias, tres podrán ser de asignaturas de modalidad, hayan sido cursadas o no, y se incluirá también la materia común no realizada en la fase común (Historia de España o Historia de la Filosofía). La cuarta materia voluntaria solo estará abierta a los estudiantes que hayan cursado durante bachillerato una segunda lengua optativa, ya que podrán examinarse de esta.

Un único modelo de examen

Existirá un único modelo de examen para cada materia. Ahora bien, cada prueba contará con una o varias preguntas o tareas, entre las cuales el alumno sí que podrá escoger. No obstante, la posibilidad de escoger no implicará "en ningún caso" la reducción del número de competencias evaluadas, es decir, que la opcionalidad "no implicará poder estudiar menos temario". Con respecto a las preguntas, se esperan de los alumnos respuestas cerradas, semiconstruidas y abiertas —la puntuación de los ejercicios con respuesta abierta o semiconstruida supondrá como mínimo el 70% del total del examen—, y el número total de preguntas se adecuará para tener en cuenta que los estudiantes necesitarán dedicar un tiempo significativo a la lectura y al análisis de la documentación, así como al diseño de la estrategia para resolver la cuestión. Cada examen durará una hora y media, con un descanso mínimo de media hora entre pruebas consecutivas.

Menos memoria, más pensamiento crítico

Con el nuevo modelo de selectividad, se dará menos importancia a la capacidad memorística, en consonancia con la última reforma educativa. De hecho, las PAU seguirán modificándose de forma gradual hasta 2028 para garantizar que el examen sea más competencial. En este sentido, será menos importante la memoria y más importante saber hacer y explicar el aprendido, con un fortalecimiento del pensamiento crítico, la reflexión, la creatividad y la madurez.

En esta misma línea, los alumnos podrán utilizar documentos o herramientas auxiliares, como diccionarios, calculadoras, formularios o tablas, si bien su presencia a los exámenes dependerá de las características de cada materia. Además, en la nueva selectividad tendrá más importancia la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, de manera que los errors de este tipo tendrán una penalización de un 10% en la nota final.