¿Dónde van a parar las toallitas que se lanzan por el baño? ¿Y los bastoncillos? ¿Se pueden tirar los tampones y las compresas por el inodoro? ¿Dónde va a parar al fin y al cabo? La respuesta es clara. Una ciudad bajo la ciudad. Esta sería la forma sencilla de describir la red de alcantarillado de Barcelona. En la capital catalana viven 1,2 millones de personas y hay 1.576 kilómetros de red de alcantarillado.
¿Y cómo funciona? Con el fin de evitar tapones como los de la ciudad de Valencia o Londres hay que realizar unos servicios de limpieza y mantenimiento y para que no se acumulen sedimentos que garanticen el correcto funcionamiento del alcantarillado.
¿Qué pasa por una alcantarilla?
"Se hace una inspección exhaustiva del estado de sedimentación que hay", explica el jefe del servicio de inspección y limpieza de BCASA, Josep Garriga. "Estos datos nos permiten ir a limpiar allí donde hay que limpiar". Según explican, medir el grado de ensuciamiento de la red ayuda a decidir el grado de limpieza que hay que aplicar y se optimizan de esta forma los recursos.
Así se limpia lo que está sucio, así "a partir de inspecciones previas y con herramientas informáticas y tecnológicas que nos ayudan a decidir dónde hay que limpiar", detalla el director de operaciones de BCASA, Gustau Ramon.
"Gestionamos todo lo que tiene que ver con el ciclo del agua en Barcelona. La red de alcantarillado es unitaria y eso quiere decir que las aguas residuales y fluviales van por el mismo conducto", detalla. "El objetivo es conducirlas hasta las depuradoras para verter esta agua con episodios de mucha o alta intensidad que provocan problemas de inundaciones y vertidos hacia las playas y empeora la red de alcantarillado. Se ha dimensionado para poder reducir esta agua".
¿Qué se encuentran en las profundidades?
Aparte de las típicas hojas y de mucha materia orgánica que viene mezclada, se pueden encontrar incluso bicis, neumáticos, latas, botellas... aparte de los tampones, compresas, toallitas y bastoncillos para los oídos
"En la parte alta hay captaciones y rejas más elevadas", explica Ramon al notar sorpresa por la presencia de bicis en el alcantarillado. "Es un problema de uso masivo de estos elementos y que gran parte se tira por el inodoro que va a parar a la red" y añade que "si no se limpiara, todo eso colapsaría las alcantarillas con grandes tapones".
El coste de la limpieza
Los sedimentos y los objetos que se encuentran en el alcantarillado denotan que todavía falta mucho trabajo de conciencia. ¿Y cuánto cuesta mantener la red vacía de tapones? Desde BCASA aseguran que la limpieza y el mantenimiento tiene un coste total de 12 millones de euros el año.
Los expertos recuerdan también que las lluvias intensas dañan la red de alcantarillado. "Los grandes depósitos de retención de aguas de lluvia acumulan el agua para evitar que vaya directamente hacia el medio receptor", detalla a Ramon. Actualmente hay hasta 13 bajo tierra. Está previsto que se construyan en puntos conflictivos, como por ejemplo, en el Paral·lel.