Este lunes 11 de noviembre, el comisario Josep Maria Estela vuelve a Egara, el complejo central de los Mossos d'Esquadra para volver a formar parte de la Prefectura del cuerpo, recuperado de su exilio en Ponent, un movimiento auspiciado por el director general de la policía catalana, Josep Lluís Trapero. Estela, que fue comisari en cap de los Mossos durante diez meses, ha pasado los últimos dos años como jefe de los Mossos en la Regió Policial de Ponent después de su destitución el 17 de octubre del 2022 por orden del conseller de Interior Joan Ignasi Elena. Estela había perdido la confianza del conseller de Esquerra y de la Prefectura de los Mossos a raíz de unos enfrentamientos que él hizo públicos y que acabaron en una destitución muy polémica, después de su enfrentamiento con quién en aquel momento era número dos, el comisario Eduard Sallent, quien acabó siendo su relevo.
Reincorporación al 'estado mayor'
Hijo de las tierras de Lleida, Estela (Alcarràs, Segrià, 1970) fue destinado allí donde él quería ir, la Regió de Ponente, y se ha despedido en una entrevista en el diario Segre que se publicará este domingo y que en este sábado se ha publicado un avance. Estela, que el lunes se reincorporará a 'estado mayor' del cuerpo y formará parte de la prefectura al lado de Miquel Esquius, actual comisario jefe, y la subdirectora, la comisaria Alícia Moriana, ha hecho balance de su trabajo durante estos dos años y ha hablado sobre las expectativas que tiene ante el nuevo reto de volver a formar parte del mando del cuerpo y del grupo de confianza de Trapero, ahora en la faceta de político. "Es un honor que los responsables del cuerpo cuenten conmigo para que vuelva a formar parte de la dirección", ha afirmado Estela, que se toma su reincorporación como "una oportunidad para seguir con los proyectos que inicié cuando fui comisario jefe, con el modelo de proximidad de un cuerpo que tiene una estructura territorial muy potente, que es lo que da sentido a nuestra existencia".
Así y todo, Estela también recuerda el episodio polémico que culminó con su destitución, en una decisión del conseller Elena que fue tildada de politización. El comisario Estela afirma en el Segre que "no fue un momento fácil para mí que la dirección política del momento creyera oportuno que no tenía que seguir en mi puesto, pero hay momentos a la vida en que uno tiene que decidir entre perder la cabeza y perder la dignidad y yo decidí no perder la dignidad. Y, aunque cuando te cortan la cabeza hace mucho daño, supongo que perder la dignidad tiene que ser más doloroso".
Trapero en el trasfondo
Josep Maria Estela fue nombrado comisario jefe de los Mossos en sustitución del mayor Trapero en diciembre del 2021, asumiendo la dirección del cuerpo después de ser el jefe en Tarragona y de haberlo sido también en la región de las Terres del Ebre. Pero Estela solo duró diez meses en el cargo. Tal como explicó ElNacional.cat, Estela hizo público su enfrentamiento con la dirección policial y el comisario Sallent, en una guerra que generó ruido para el conseller Elena. El distanciamiento todavía se hizo más evidente con la elección de las cuatro nuevas comisarias. Estela planteó que de entre los intendentes que habían pasado el proceso se tenían que escoger cuatro hombres y dos mujeres, en contra de la elección que hizo el conseller y su equipo y que avanzó ElNacional.cat: cuatro mujeres (Bosch, Catà, Estruch y Luis) y dos hombres (Chacón y Alvira). El trasfondo, sin embargo, era el acercamiento que Estela había hecho con el entorno de Trapero. El exjefe del cuerpo supo acercarse a Estela, generándole temor por la gestión de Eduard Sallent, con quien el mayor mantenía una visión completamente opuesta del cuerpo.