Desde que la sonda espacial Parker se lanzó hacia el Sol en 2018, ha hecho una gran cantidad de hazañas históricas. En 2021 se convirtió en la primera nave espacial que tocó el Sol sin acabar fundida. Solo 1 año después, fue capaz de soportar una explosión solar colosal, y el pasado mes de noviembre fue capaz de sobrevolar Venus sin desintegrarse. Estos acercamientos han hecho posible que este martes, Nochebuena, se haya acercado a poco más de seis millones de kilómetros de la superficie del Sol, lo que significa casi el doble que lo que consiguió hace 3 años, y una misión sin precedentes, según la NASA. Enviada al espacio en agosto de 2018 desde Cabo Cañaveral, Florida, la sonda Parker, de 685 kilos de peso, fue ideada con el objetivo de "tocar el Sol" al orbitar a partir de esta Nochebuena sobre la llamada 'Corona', la parte exterior de la atmósfera de la estrella, que lo hará protegido por un escudo térmico capaz de soportar hasta 1.400 grados Celsius de temperatura.
Diseñada para tocar el Sol
La sonda especial Parker se convertirá en el objeto fabricado por el hombre que se habrá acercado más al Sol y el más rápido de la historia. El acercamiento hasta esta distancia (equivalente a nueve veces el radio del Sol) que hará el artefacto será el primero de diversos que efectúe hasta junio del 2025, y les realizará a una velocidad de 692.000 kilómetros por hora (430.000 millas). El físico de la división de Heliofísica del Centre de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, Cristian Ferradas, ha apuntado que "podrá hacer mediciones de esta región inigualables, mediciones sin precedentes y que tienen el potencial de transformar nuestra comprensión del Sol". El principal objetivo de la misión es descubrir porque algunas capas de la atmósfera solar pueden llegar a temperaturas de 1 millón de grados, mientras que se estima que la superficie visible (la fotosfera) está a unos 5.000 grados.
Según los ingenieros de la NASA, desde su primer acercamiento a la estrella hasta ahora, la nave habría completado 24 órbitas al Sol, con un escudo térmico de carbono de 11,43 centímetros de grosor que mantendrá sus cuatro instrumentos de medida a temperatura ambiente, es decir de unos 29 grados Celsius. "Si bien en esta región de la corona solar tiene una temperatura muy elevada, la densidad es muy baja, es decir, hay muy pocas partículas calientes que le transfieran energía a la nave. La corona es muy tenue y eso ayuda al hecho a que la nave no se funda", ha explicado Ferradas.
¿Cómo es la sonda Parker?
La sonda Parker, que tiene un peso de 685 kilos y 3 metros de longitud, está protegida por un "escudo térmico" que le permite soportar temperaturas de hasta 1.400 grados Celsius. Durante la Nochebuena ha hecho el primer viaje de los diversos que tiene previsto efectuar en los próximos 6 meses. En concreto, lo ha hecho a una velocidad de 692.000 kilómetros por hora.
La "corona solar" tiene una temperatura aproximada de 1.400 grados, además de un nivel altísimo de radiaciones que podrían suponer la destrucción de los sistemas electrónicos de la sonda. Con el fin de evitar esta situación, la nave estaba previsto que entrara y saliera a una velocidad inédita equivalente a un vuelo entre Londres y Nueva York en menos de 30 segundos. Los resultados de la misión no se sabrán hasta este viernes, 27 de diciembre. En caso de completarse, la nave enviará un mensaje de texto con un corazón verde, señal que la sonda está bien.