WASP-193b es el nombre científico de un planeta descubierto en el 2023, del que ahora se ha publicado un estudio en la revista Nature Astronomy que ofrece detalles muy interesantes sobre su naturaleza y composición. Se trata un exoplaneta gigante gaseoso que se encuentra a 1.200 años luz de la Tierra y que orbita una estrella de tipo F. “Su masa es de 0,139 Júpiter, tarda 6,2 días en completar una órbita de su estrella y está a 0,0676 AVE (1.011.281,606 kilómetros) de su estrella”, describe la NASA. En lenguaje sencillo, se puede traducir como un planeta de fuera de nuestro sistema solar (exoplaneta), que orbita en torno a una estrella de tipo F, que son las que tienen temperaturas de entre 6.000 y 7.500ºK, emiten un color blanco (ligeramente amarillento) y tienen una masa muy similar a la del Sol. La dimensión de WASP-193b es un 50% mayor que Júpiter. Pero es su densidad, extremadamente baja, lo que ha sorprendido y tiene desconcertados los científicos, hasta el punto que lo comparan con el algodón de azúcar en el artículo de Nature Astronomy.

🪐 Consulta WASP-193b visto con ojos de la NASA

 

Un científico del IAA andaluz, coautor del estudio

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la institución pública mayor de España dedicada a la investigación científica y técnica, adscrita al Ministerio de Ciencia e Innovación a través de la Secretaría General de Investigación, publicó este martes una nota de prensa para poner en valor que el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), dependiente del CSIC, ha participado en el equipo internacional que ha realizado el estudio publicado en Nature Astronomy, coliderado por Francisco J Pozuelos. El estudio explica que planeta denominado WASP-193b es un 50% mayor que Júpiter, pero su densidad es aproximadamente una décima parte de la del gigante gaseoso, un valor extremadamente bajo que sugiere que el planeta es tan etéreo como el algodón de azúcar. En términos científicos, se traduce en el hecho de que los cálculos confirman que WASP-193b tiene una masa aproximada de 0,14 veces la de Júpiter y una densidad de 0,059 gramos por centímetro cúbico, considerablemente más baja que la de Júpiter y la Tierra, pero parecida a los 0,05 gramos por centímetro cúbico del algodón de azúcar.

WASP-193b es el segundo planeta más ligero descubierto hasta ahora, solo superado por Kepler 51d, un planeta de tamaño similar a Neptuno. Las dimensiones del planeta, combinadas con su densidad extremadamente baja, hacen de WASP-193b una auténtica rareza entre los más de cinco mil exoplanetas descubiertos hasta ahora.

Una rareza de encontrar y un misterio de conocer

“Este planeta desafía todas nuestras teorías de formación planetaria actuales”, añade el autor del estudio Francisco J. Pozuelos, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Andalucía. “No podemos explicar cómo se formó este planeta. Necesitamos observaciones detalladas de su atmósfera para poder entender la evolución”. Julien de Wit, otro de los autores del estudio y profesor adjunto del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por las siglas en inglés), añade que “este tipo de planetas gigantes extremadamente ligeros son muy raros de encontrar. Es un caso extremo de una clase de planetas que se denominan Júpiter inflados o esponjosos. Los conocemos desde hace quince años, pero siguen siendo un auténtico misterio”, afirma De Wit.

A 1.200 años luz de la Tierra

Según la NASA, el descubrimiento de WASP-193b fue anunciado en el 2023, pero fue identificado mediante el método del tráfico en el 2012, aunque las pistas de su presencia se remontan al 2006. El planeta fue descubierto por WASP (Wide Angle Search for Planets), una colaboración internacional que opera conjuntamente dos observatorios robóticos a los dos hemisferios. Cada observatorio utiliza un conjunto de cámaras de gran campo para medir el brillo de miles de estrellas individuales a todo el cielo. A partir de observaciones obtenidas entre 2006 y 2008, y posteriormente entre 2011 y 2012, el observatorio WAPS-Sur detectó disminuciones periódicas al brillo de WASP-193, una estrella similar al Sol situada a unos 1.200 años luz de la Tierra. El análisis de estos tráficos periódicos fue consistente con el paso de un gigantesco superjúpiter por delante de la estrella cada 6,25 días.

Un planeta superesponjoso

La sorpresa fue que casi no se detectaron cambios significativos en la velocidad radial de la estrella. “Lo alucinante es que, a pesar de su tamaño descomunal, este planeta es tan ligero que a duras penas ejerce una atracción detectable sobre su estrella”, explica Pozuelos. “Al principio, las densidades que obteníamos eran tan extraordinariamente bajas que nos costaba creerlas”, comenta Pozuelos. “Por eso, repetimos el proceso completo de análisis de datos varias veces, utilizando diferentes códigos y metodologías, para asegurarnos de que era la densidad real del planeta, por muy inusual que pareciera”.

Cuatro años para recopilar los datos

“Nos llevó casi cuatro años recopilar todos los datos necesarios para obtener la masa de WASP-193b”, explica Khalid Barkaoui, postdoctorado en el MIT, la Universidad de Lieja y el Instituto de Astrofísica de Canarias, y autor principal del estudio en el cual han participado Pozuelos y De Wit, “El planeta es tan ligero que es difícil imaginar un material análogo en estado sólido”, añade Julien De Wit, que explica que “la razón por la cual se parece al algodón de azúcar es porque los dos son prácticamente aire. El planeta es básicamente superesponjoso”.

Según los autores del estudio, WASP-193b puede tener una atmósfera predominantemente compuesta de hidrógeno y helio, varias decenas de miles de kilómetros más extensa que la atmósfera de Júpiter. Actualmente, ningún modelo de formación planetaria puede explicar un planeta con una atmósfera de estas proporciones. “WASP-193b es un gran misterio”, concluye Pozuelos. “De los pocos planetas ultraligeros conocidos, este es el mejor candidato para ser estudiado por el telescopio espacial James Webb y comprender finalmente cómo se puede llegar a formar un planeta tan ligero como el algodón de azúcar”.