Un equipo arqueológico de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha identificado los restos de un establo quemado en la época de la segunda guerra Púnica (218 aC-201 a.C.) en el Pirineo. Según informa la universidad, se han descubierto los restos de seis animales muertos quemados dentro de un establo en Bellver de Cerdanya (Cerdanya), en el Pirineo leridano, de hace 2.200 años, que fueron víctimas de un incendio violento que podría estar relacionado con el paso del ejército cartaginés de Aníbal. El ganado ha aparecido junto con algunos objetos de valor de los habitantes, como un pendiente de oro, y el hallazgo ha permitido reconstruir las pautas económicas de aquellos habitantes, con una ganadería importante donde se practicaba la trashumancia. La investigación llevada a cabo en el yacimiento arqueológico Tossal de Baltarga ha sacado a la luz los restos carbonizados de un edificio, denominado Edificio G por los arqueólogos, que tenía dos plantas y el techo del cual, sus vigas de apoyo y el piso superior colapsaron a consecuencia del fuego.

Los investigadores, encabezados por el profesor del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB, Oriol Olesti, han encontrado los restos carbonizados de un caballo, cuatro ovejas y una cabra, junto con objetos de valor como un piquete de hierro y un pendiente de oro escondidos dentro de una olla. Han concluido que el piso superior parecía haber sido dividido en espacios de almacenaje y producción textil y han encontrado numerosas herramientas que podrían haber servido para hilar y tejer la lana de las ovejas y cabras que vivían en la planta baja, como piezas de telar. También se han encontrado cereales como avena y cebada, y algunos recipientes de cocina enteros, con residuos que demostraban que las personas que utilizaban el edificio habían estado consumiendo leche y queso y comiendo guisos de cerdo y cordero.

Equipo de arqueólogos de la UAB trabajando en Bellver de Cerdanya / UAB, ACN

Desarrollada actividad económica: ganadería, agricultura, bosque y minería

"El hallazgo ha permitido reconstruir las pautas económicas de aquellos habitantes, probablemente dedicados a la trashumancia", explica Oriol Olesti. El análisis de isótopos indica que algunas ovejas habían pacido anteriormente en los pastos de tierra baja, posiblemente por acuerdo con otras comunidades: "Aquellas comunidades de montaña no estaban cerradas a las tierras altas, sino conectadas con zonas vecinas, intercambiaban productos y, probablemente, conocimientos culturales", observación Olesti. La compleja economía de aquellos pobladores, con actividades de ganadería, agricultura, gestión del bosque y minería indica, según Olesti, la existencia de una sociedad de la Edad del Hierro adaptada en su entorno y capaz de aprovechar sus recursos a las tierras altas y también muestra el contacto con otras comunidades".

Posible destrucción por el paso de Aníbal durante la segunda guerra Púnica

La destrucción del Tossal de Baltarga, que ocupaba una posición estratégica en los Pirineos, podría haber sido relacionada con el paso del ejército de Aníbal por aquella región para luchar contra los romanos durante la segunda guerra Púnica, si bien Olesti puntualiza que "la precisión cronológica en arqueología para hablar de la guerra Púnica no es suficiente para afirmarlo con toda seguridad". "Es probable que la destrucción violenta del lugar esté relacionada con aquella guerra. El fuego general apunta a una destrucción antrópica, intencionada y muy efectiva, ya que todos los edificios del lugar han sido destruidos", añade Olesti.

El Tossal de Baltarga era un lugar de residencia y punto de vigía de la comunidad ceretana con un importante asentamiento fortificado cerca, el Castellot de Bolvir. Se sabe que Aníbal atravesó los Pirineos luchando contra las tribus locales, también probablemente contra los ceretanos y de aquella expedición no se conservan muchos restos arqueológicos, de manera que el Tossal de Baltarga sea probablemente uno de los mejores ejemplos, asegura el arqueólogo de la UAB. Los arqueólogos no saben qué pasó con la gente que vivía en el Tossal de Baltarga, pero finalmente fue reutilizado por los romanos y seguramente parte de la comunidad probablemente sobrevivió a la conflagración y acabaron conviviendo con los romanos.

Establo calcinado con muchos animales adentro: anticipación de una amenaza

Para Olesti "la reconstrucción implica una destrucción repentina, sin tiempo para abrir la puerta del establo y salvar los animales". Este podría ser solo un incendio local inesperado. Pero la presencia de un pendiente de oro escondido indica la anticipación por parte de la población local de algún tipo de amenaza, probablemente la llegada de un enemigo. Además, mantener un número tan elevado de animales en un pequeño establo sugiere la anticipación de un peligro", ha comentado el investigador. Los arqueólogos no saben qué pasó con la gente que vivía al Tossal de Baltarga, pero finalmente fue recuperado y utilizado por los romanos. Una parte de la comunidad probablemente sobrevivió a la conflagración, y los encontramos conviviendo con los romanos en el yacimiento. El elemento más significativo de esta nueva ocupación será una impresionante torre de vigía que resto al yacimiento.

La investigación, publicada este jueves en 'Frontiers in Environmental Archaeology', ha contado con la participación de los también investigadores de la UAB Jordi Morera, Joan Oller, Josep M. Carrasco, Anna Berrocal, Oriol López Bultó, Laura Obea, Nadia Tarifa y Joaquim Sisa López de Pablo, la investigadora del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC-CERCA) Lidia Colominas; Marta Portillo de la Institución Milán y Fontanals del CSIC; Paula Tàrrega, de la Universidad de Heidelberg; y Chiara Messana, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA).