El uso de la lengua catalana vive un momento complicado y va a la baja, especialmente en el entorno metropolitano. A su vez, hacen falta profesores de catalán para suplir las numerosas jubilaciones que se prevén en los institutos y centros de formación para adultos de Catalunya en los próximos años. El contexto demográfico, con la importante llegada de ciudadanos recién llegados que no conocen la lengua, requiere una nueva hornada de docentes especialistas en lengua y literatura catalanas que formen las próximas generaciones. Conscientes del reto, el Govern de Salvador Illa reanuda por segundo año consecutivo la campaña que ya inició el de Pere Aragonès para promover entre los jóvenes los estudios de Filología Catalana y, este año, como novedad, el Departament de Política Lingüística ofrecerá becas de 500 euros al mes a un puñado de alumnos.
Con la campaña "Tria Filologia Catalana", el Departament que dirige el conseller Francesc Xavier Vila quiere hacer valer los estudios en lengua y literatura catalanas como "una opción con un alta salida laboral presente y futura". Para el relevo generacional necesario con respecto a los profesores de catalán en los institutos, por la demanda derivada de las cada vez más presentes aulas de acogida para el alumnado recién llegado que no habla la lengua. También, aseveran, por la "demanda creciente" en el sector privado, en el ámbito editorial, el de la comunicación y las tecnologías —como puede ser la inteligencia artificial (IA) generativa que requiere expertos en estructura lingüística—. De acuerdo con los datos la Agència Qualitat Universitària (AQU), el 97% graduados en Filología Catalana en la Universitat de Barcelona (UB) trabajan en trabajos relativos a su sector —si bien también hay que destacar la mitad son con contratos temporales y el 10% son autónomos— y el 83% han encontrado trabajo menos en los tres meses posteriores a graduarse. La realidad, de hecho, es que estudiar catalán en la universidad es una elección que experimenta un ligero auge recientemente: si en 2017 los inscritos en Filología Catalana en Catalunya eran unos 178 estudiantes, este curso son 351 —un 21% más que el año pasado—, de acuerdo con los datos que aporta el Departament.
La elección de estudios universitarios es un momento importante que puede determinar la vida futura de los jóvenes. ¿Como promover que ante este momento trascendental decidan optar por la lengua catalana? El Govern piensa en ofrecer becas a los jóvenes para aumentar el atractivo de estos estudios. El programa piloto del Departament de Política Lingüística plantea una dotación aproximada de 500 euros mensuales a un puñado de alumnos de Filología Catalana. Sin embargo, la partida destinada a esta medida es de unos ajustados 100.000 euros, por lo que reduce la cifra de beneficiarios a un número limitado de 25 alumnos. Esta veintena de chicos y chicas serían escogidos para recibir la beca en función de criterios como la excelencia académica, su situación económica y sus conocimientos de otras lenguas. De hecho, cinco de las becas se reservarán a estudiantes que conozcan lenguas vinculadas a la inmigración y dos irán para quien quiera estudiar aranés. Las 18 restantes serán de carácter general.

El uso del catalán, a la baja
Los estudios de catalán toman especial importancia en un contexto delicado por la lengua. El uso del catalán ha caído a los mínimos más bajos de los últimos veinte años y los ciudadanos que utilizan habitualmente la lengua son tan solo el 32,6%. Así se desprende de la encuesta de usos lingüísticos de población (EULP) que elabora cada cinco años el Govern y que presentó en febrero su última actualización, con datos de 2023. Eso supone una bajada con respecto al anterior informe, con datos correspondientes al 2018, lo que situaba el número de hablantes habituales del catalán en el 36% —ante un 48,6% de uso habitual del castellano—. La caída ha sido de 3,4 puntos porcentuales en un lustro y continúa una acentuada tendencia decreciente, si se compara con el 46% del 2003, el primer año que se hizo la encuesta. La panorámica general: un descenso de 13,4 puntos porcentuales en el uso habitual del catalán en veinte años.
Faltan profesores
Ante este panorama sensible para la lengua, se suma otro factor que lo dificulta todo: faltan profesores. A pesar de los últimos grandes procesos de estabilización de docentes, eso es todavía una realidad. El sindicato mayoritario en la educación, USTEC, denunció al principio de año que el 31% de las sustituciones no quedaron cubiertas, una cifra que sube al 46% en el caso de los institutos solo. Faltan unos 500 profesores a los institutos catalanes, de acuerdo con los datos del Departament. La conselleria ya hace tiempo que es consciente del problema y lo ha señalado como algo "estructural", que también pasa en otros países del entorno. Entre las especialidades con más falta de efectivos: la lengua catalana. Los datos que aportan los sindicatos docentes señalan que en los últimos cursos ha habido una falta de entre 30 y 40 profesores de catalán. Y cuando no se encuentran sustitutos, eso obliga en los centros, a veces, al hecho a que las clases las tengan que impartir docentes de otras materias, como de filología castellana o de algunas humanidades. Aunque a partir del próximo año los docentes tendrán que tener el nivel C2 de catalán para ejercer en Catalunya, eso no los hace especialistas como si lo sería un filólogo. Expertos, docentes y el Departament coinciden a señalar la necesidad de promover y prestigiar los estudios de Filología Catalana para hacerlos atractivos y propiciar la nueva hornada de profesores que garantice la pervivencia de la lengua, al menos en las aulas.