La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ha anunciado que New York Helicopter Tours, la empresa involucrada en el accidente de helicóptero de la semana pasada en el río Hudson de Nova York, cierra. "La compañía cesa sus operaciones de inmediato", indica la agencia norteamericana responsable de la regulación de la aviación civil, en un mensaje en X, antiguo Twitter.

Asimismo, la FAA ha indicado que iniciará una revisión inmediata de la licencia y el historial de seguridad del operador turístico, y ha añadido que "seguirá apoyando" la investigación de la Junta Nacional de Seguridad al Transporte. La Administración Federal de Aviación asegura que sigue con su investigación de los puntos conflictivos entre aviones y helicópteros en todo el país: "La seguridad es la prioridad número uno de la FAA, y no dudaremos en actuar para proteger a los pasajeros", ha concluido.

El helicóptero no contaba con sistemas de grabación del vuelo ni con cámaras, ha informado la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) en las últimas horas. La NTSB, principal encargada de las indagaciones para averiguar qué motivó la estrepitosa caída de la aeronave, ha detallado que no se han recuperado grabadoras ni información de carácter audiovisual a bordo que puedan ayudar en esta investigación, que prosigue con diecisiete profesionales de esta misma entidad buscando pruebas.

"La compañía podría estar priorizando sus beneficios por encima de las personas"

El anuncio de la suspensión de New York Helicopter se produce horas después de que el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer pidiera en rueda de prensa a la FAA que retirara su certificado de operación inmediatamente, argumentando que la empresa trabajaba "con garantías de seguridad mínimas". Schumer incidió en que la aeronave siniestrada tenía 21 años de antigüedad y señaló que la compañía "podría estar priorizando sus beneficios por encima de las personas".

El siniestro se produjo el pasado jueves, después de una estrepitosa caída en la que se vio cómo la aeronave perdía partes de su fuselaje en el aire. Los buzos del cuerpo de bomberos, así como los de la Policía de Nueva York y de la vecina Jersey City, sacaron del río Hudson los cuerpos de las seis personas que viajaban a bordo. Los muertos en el fatídico accidente eran una familia de Barcelona, formada por cinco personas, los padres y tres hijos: Agustín Escobar, un alto directivo de Siemens, su mujer Mercè Camprubí, y sus tres hijos menores de edad.