Lo que se conoce como doble carga de la malnutrición, es decir, la presencia simultánea de obesidad y desnutrición, se ha convertido en un problema de salud pública capital en el mundo. Con mil millones de afectados, la obesidad asociada a unos hábitos alimentarios deficientes ya se ha convertido en la forma de malnutrición más común en la mayoría de países del mundo, según un estudio publicado este jueves en la prestigiosa revista científica The Lancet. El fenómeno de la malnutrición por obesidad, según indica el estudio, ha aumentado en 162 países en el caso de las mujeres y en 140 en el caso de los hombres. En el caso de los niños y adolescentes en edad escolar, la obesidad por malnutrición es más prevalente que la delgadez por desnutrición en 133 países del mundo en el caso de las niñas, y en 125 en el caso de los niños. Por el contrario, el caso contrario solo se da en una treintena de países, principalmente del sureste asiático y África subsahariana. "Esta transición hacia el predominio de la obesidad ya era evidente en adultos en 1990 en gran parte del mundo, y ha continuado en niñas y adolescentes", señala la investigación, que al mismo tiempo hace un llamamiento a los gobiernos del mundo a ejecutar políticas sociales y agrícolas y programas alimentarios que pongan freno al aumento de la obesidad mejorando el acceso a alimentos saludables y nutritivos.
Con una muestra de 3663 estudios poblacionales con 222 millones de participantes de todo el mundo, de unos 197 países, la investigación muestra que desde 1990 a 2020 tanto la obesidad como el bajo peso por malnutrición han sido fenómenos creciendo en la mayoría de países del mundo, con la excepción de los países del sureste asiático y del África subsahariana. Una malnutrición que, según el estudio, se ha dado una "transición del predominio del bajo peso al predominio de la obesidad en muchos países". Y se señala específicamente en países "de ingresos bajos y medios" como la Polinesia, el Caribe, Oriente Medio, el Norte de África o Chile, con datos de obesidad por encima de "países industrializados con altos ingresos".
Los factores económicos y la industrialización son claves
La altura y el peso se ven afectados por la cantidad y calidad de la nutrición, el gasto energético del individuo y algunas posibles enfermedades, señala la investigación. En este sentido, los investigadores subrayan que a medida que ha cambiado la producción, distribución y almacenaje de alimentos se ha pasado de alimentos locales a alimentos comerciales transportados, a la vez que también se ha reducido el tiempo dedicado a obtener y preparar alimentos. A su vez, también señalan que los ingresos más altos permiten gastar más en alimentos nutritivos. Unas particularidades económicas y tecnológicas, señalan, que "afectan tanto a la cantidad como a los tipos de alimentos que se consumen" y que hacen que el consumo de alimentos de origen animal, azúcar y aceites sean más comunes en países con ingresos bajos, mientras que, por ejemplo, el consumo de azúcar o de origen animal ha disminuido en países más ricos.
Los ultraprocesados en el punto de mira
Además, también se señala en el estudio el creciente consumo de alimentos procesados con la "creciente industrialización de los alimentos", cosa que, tal como apuntan los científicos que han elaborado la investigación, lleva a una mayor ingesta calórica y un aumento de peso. Esta vinculación relativa que se hace entre obesidad y la desnutrición con la industrialización de los alimentos no es casual: otro estudio publicado esta semana en la revista BMJ alerta que el creciente consumo de alimentos ultraprocesados tiene numerosas consecuencias negativas para la salud física y mental, aumentando el riesgo de sufrir cáncer, afecciones cardiacas y pulmonares y trastornos de salud mental como la depresión. Los ultraprocesados —refrescos, pizzas de súper, ciertas carnes y platos preparados, fideos instantáneos, bollería industrial— son estos alimentos manipulados industrialmente y con químicos como aromas, colorantes, emulsionantes que suelen tener un alto contenido calórico y poco alimento nutritivo.