La Audiencia de Barcelona ha condenado al Hospital de Calella y el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) a indemnizar con más de un millón de euros a una mujer por confundir un ictus con una intoxicación por cannabis, hecho que retrasó su tratamiento.
El retraso en el tratamiento provocó que la paciente haya quedado incapacitada con una invalidez absoluta. Necesita de la ayuda de una tercera persona para todos los actos básicos de la vida diaria y va en silla de ruedas de forma continuada, sin poder mover la parte izquierda del cuerpo.
Protocolo ictus
Los hechos pasaron el año 2011 cuando la mujer sufrió una crisis repentina que le dejó inmóvil la mitad izquierda del cuerpo, con dificultades para hablar y con la boca ligeramente torcida. La médico que la atendió determinó que sufría una intoxicación por cannabis y activó el protocolo ictus.
El SEM la evacuó en primer lugar al Hospital de Calella, que no está preparado para atender infartos cerebrales, y una vez allí, tardaron más de 13 horas hasta trasladarla a Can Ruti.
La sentencia ordena el pago de 714.448 euros para la paciente, 80.000 para el marido y 21.500 euros para cada uno de los dos hijos menores. La aseguradora, en este caso Zurich, también tendrá que abonar los intereses de demora, lo que supone una cantidad total superior a los 1,2 millones de euros.
Aun así, las partes han llegado a un acuerdo y la familia recibirá finalmente 1.074.000 euros, después de que la aseguradora desistiera del recurso que había presentado al Supremo.