Se llama Abdelillah y es conductor de Cabify. Ayer sufrió el peor episodio de su vida, la agresión de un grupo de taxistas contra su vehículo, en aquel momento ocupado por una famíllia francesa con una niña de cuatro años. Una quincena de hombres rompió los cristales del vehículo, le clavaron patadas y puñetazos en la cabeza. Abdelillah, que esta mañana ha hablado para Espejo Público, ha confesado, entre lágrimas, que se sintió "impotente" delante de los agresores. Asegura que está "muy afectado psicológicamente" y que "solo pensaba en la niña". "El coche se podrá recuperar pero yo estoy hecho polvo", ha dicho emocionado: "Veo las imágenes y no puedo más".
El conductor de Cabify ha contado que salió del coche por la niña, "por los llantos que hacía" y el miedo a que tenía. Él solo se enfrentó a un grupo de taxistas que lo agredió. Ha presentado un atestado de lesiones en el cráneo, que le provocan "dolor de cabeza", y heridas en la rodilla.
Abdelillah ha relatado que se encontraba a cuatro calles de la manifestación cuando "alguien" lo localizó. Según ha dicho, los taxistas van circulando por la ciudad y cuando localizan a un conductor de VTC avisan al resto para increparlo. Eso es lo que pasó ayer.
Los sindicatos convocantes han condenado la violencia y la organización mayoritaria, Élite Taxi, ha anunciado que si se confirma que los agresores pertenecen a su entidad los expulsará.