Con los embalses a medio gas por la grave sequía, se han encendido las alarmas ante una posible falta de agua delante de un invierno que no será especialmente lluvioso. Ante este fenómeno, es recomendable controlar los consumos de agua en casa y asumir hábitos que sirvan para revertir los efectos de la crisis hidrográfica. Cada día consumimos por término medio entre 120 y 130 litros de agua por persona, lo que equivale a unas 3.750 piscinas olímpicas para abastecer a todos los catalanes.
Aunque en los últimos años se han hecho grandes esfuerzos por concienciar la población de los efectos, los expertos sostienen que todavía se puede reducir más el consumo para evitar malgastarla. "Nos encontramos con que algunos de los buenos hábitos que se aprendieron con otras sequías se empiezan a perder", explica el director del Área de abastecimiento de la Agencia Catalana del Agua, Jordi Molist. "Hemos observado que aunque la gente consume menos que antes de la sequía de 2008, el total de gasto ha pespunteado", ha expuesto al experto.
Unas 5 millones de personas en Catalunya consumen cada día agua de los embalses, por lo que cada gesto diario en el consumo de agua y reunir algunas herramientas y consejos para reducir el consumo puede suponer un gran cambio. Una acción diaria como ducharse representa un gasto de 60 litros de media; cocinar, aunque no lo parezca, representa entre 6 y 8 litros de gasto o bien poner una lavadora alza hasta los 200 litros. Son muchos y muchos litros de agua que haciendo una comparativa, podemos ver el alcance de las pequeñas decisiones.
Con el agua que se necesita para regar un jardín pequeño (75 litros) se puede ir al lavabo hasta ocho veces (10 litros). Con poco más, cinco litros más, que lo que destinamos al descargar la cisterna del inodoro, se puede hacer la limpieza de casa. Y para una misma acción, realizada con pequeñas modificaciones, se puede conseguir un ahorro sustancial.
Aparte de la clásica comparativa entre bañarse y ducharse, siendo esta última opción tres veces más sostenible, hay otros: si ponemos el lavavajillas gastamos 150 litros mientras que si fregamos los platos a mano con el grifo abierto son 100. Y todavía mejor: si lo hacemos cerrando lo levanta, el ahorro llega hasta los 20 litros. Por lo tanto, con un pequeño cambio se pueden ahorrar 130 litros. Otra actividad, no tanto diaria pero ilustrativa del consumo es el lavado del coche. Si se hace con manguera el consumo puede llegar hasta los 500 litros, una cifra que se reduce diez veces en el caso de llenar un cubo y limpiarlo a mano.
Estos son algunos ejemplos de reducción del consumo que se añaden a muchos otros que podemos utilizar cada día.
Cierra el grifo
Puede parecer lógico pero es un error que se repite a menudo y de hecho es uno de los más costosos para el gasto de agua. Es aconseja aprovechar el agua del grifo el máximo posible: llenar con agua fría un recipiente mientras no sale caliente y aprovechar esta agua para regar las plantas o bien lavar el coche con esponja y cubo.
Con respecto a la instalación, es esencial reparar el grifo cuando pierde agua e instalar dispositivos que reduzcan el caudal.
Pone el lavaplatos lleno
Para los que disponen de lavaplatos, y teniendo en cuenta el consumo de agua que representa (unos 200 litros), es importante llenarlos todo el que se pueda a no ser que tengan la función de media carga —con la cual cuentan algunos lavaplatos y que es recomendable. Es uno de los mejor ahorros para el medio ambiente y también para reducir la factura del agua. Y la misma idea es aplicable a la lavadora, que todavía tiene un consumo más importante.
Riega siempre al anochecer
Si no se riega de noche y se opta por hacerlo de día, el agua se evapora con más facilidad porque la temperatura del ambiente es más alta. Por lo tanto, se necesitará menos agua para el mismo objetivo. Ahora, cuando se acerca el invierno, no es bueno regar a plena noche porque las bajas temperaturas podrían hacer daño a las plantas.
Utiliza difusores
Los difusores son una buena solución para ahorrar agua sin prácticamente notar ninguna diferencia. Los difusores se colocan en los extremos de los grifos y sirven para mezclar el agua con el aire. Dicho de otra manera: se consigue más potencia de agua con menos líquido.
El inodoro no es una papelera
Cuando vamos al inodoro es recomendable no tirar de la cadena en más de una ocasión. Aparte, el inodoro no es una papelera (aunque no sea el lavabo de casa). La mejor solución es poner una papelera en el baño, se evita cualquier tentación de lanzar alguna cosa que no toca y tener que tirar de la cadena más veces.