Al menos 351 personas han muerto durante el 2018 en Barcelona a causa de la contaminación del aire, según el último informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. Concretamente, las muertes se asocian a la exposición crónica de un aire contaminado y en exceso de partículas PM2,5.
De hecho, la ciudad supera desde hace más de dos décadas los niveles de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Barcelona superó de forma seguida durando todo el 2018 los niveles de contaminación marcados por la OMS", ha explicado la concejala de Salud, Gemma Tarafa, durante la presentación del informe.
Según Tarafa, la mortalidad se da por una exposición crónica provista principalmente por la contaminación del tráfico. "El problema de contaminación no es de episodios puntuales, en Barcelona no hemos tenido ningún episodio en el 2018, es un problema de estructura y por lo tanto hacen falta soluciones estructurales", ha afirmado Tarafa.
En este sentido, ha explicado, el Ayuntamiento está ultimando la ordenanza para poder activar a partir del 1 de enero la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, que prohibirá la entrada a los coches más contaminantes en la ciudad.