Los 65 millones de euros que Juan Carlos I retiró de su herencia para regalar a Corinna Larsen en junio de 2012 fueron blindados en un contrato firmado por ambos, al que ha tenido acceso El Español. Sigue leyendo Juan Carlos se va de España.

Éste es el primer documento conocido en el que aparecen juntas las firmas de Juan Carlos I y de su amante. En el contrato, cuya copia se encuentra en poder del fiscal suizo Yves Bertossa, don Juan Carlos reconoce ser el primer beneficiario de la Fundación Lucum. Esta es una entidad panameña creada para recibir una aparente donación de 100 millones de dólares enviada en julio de 2008 por el rey saudí Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd al entonces jefe del Estado español.

Primera página del contrato de donación - El Español

Segunda y última página del contrato de donación - El Español

La investigación de la fortuna que Juan Carlos I pudo mantener oculta en Suiza durante cuatro años sospecha que el dinero proveniente de Arabia Saudí fue una comisión por la intermediación del rey para lograr la adjudicación a un consorcio de empresas españolas del tren de alta velocidad entre Medina y La Meca.  

El donante", indica el contrato, "es el primer beneficiario de una Fundación que posee activos bancarios estimados a día de hoy en más de 65 millones de euros". "El donante", añade, "desea hacer una donación irrevocable de estos activos a la donataria, que ha aceptado".

Donación irrevocable

El artículo 2 del documento indica que la donación es "concedida y aceptada" con dos características relevantes. La primera es que se trata de un título "gratuito e irrevocable, es decir, sin cláusula de devolución en caso de premuerte de la donataria". Es una estipulación encaminada a que la donación no salga del ámbito patrimonial de Larsen ni siquiera en el caso de que ella falleciera antes que el donante.

La segunda singularidad es que se establece una "dispensa de relación con la herencia del donante", de modo que esos fondos quedan desvinculados de la regla de la relación o colación con la herencia del rey emérito. La fórmula escogida busca beneficiar a Corinna al excluir la donación de una futura partición de la herencia del monarca entre sus herederos legales, particularmente Felipe VI y sus hermanas Elena y Cristina.