Sólo un 14,6% de las conversaciones de los alumnos de la ESO en el patio son en catalán en las zonas urbanas de Catalunya. Así lo muestra el InformeCAT 2019 que ha presentado este jueves la Plataforma por la Lengua. El estudio recoge una cincuentena de datos sobre el estado actual del catalán en diferentes ámbitos como la cultura, la educación, las empresas o la justicia.
Otros datos del informe indican que 78% de las subvenciones del ICEC en el cine se han concedido a Gobierno en producción cinematográfica de lo que están en versión original en catalán; que el 28,6% de la población de origen no catalanohablante oye el catalán como su lengua y que el 59,9% de los catalanohablantes creen que hablar en catalán con un juez que usa el castellano los perjudicará.
La educación
Con respecto a la educación, en estudio sociolingüístico que ha llevado a cabo la Plataforma por la Lengua en 50 centros educativos de ciudades catalanas, tanto de Primaria como de Secundaria, demuestra que a nivel global sólo el 24,3% de las conversaciones a la hora del patio en los centros educativos de Catalunya son en catalán, en las etapas de los estudios obligatorios. La Plataforma por la Lengua considera que el "más revelador" del estudio es la diferencia entre el uso de catalán en los patios de la Primaria, que es del 35%, enfrente del uso que se detecta del catalán en la Secundaria, que se reduce además de la mitad: sólo el 14,6% de los alumnos de secundaria se expresan en catalán a la hora del patio.
El cine
La Plataforma por la Lengua considera que dos de los ámbitos en que está más lejos con respecto a la normalización del catalán son la justicia y el cine. La entidad denuncia que el 78% de las subvenciones que el Instituto Catalán de las Empresas Culturales ha dado este 2018 por la producción de largometrajes de estreno en los cines ha sido en obras audiovisuales que no incorporan el catalán. Así lo apuntan, según el informe, los datos oficiales del Departamento de Cultura, que evidencian que más de 3,7 millones de euros de un total de más de 4,8 se otorgaron en obras que no incorporaban el catalán en la versión original. El 52% se destinó a filmes en castellano y el 17,5%, en filmes bilingües español-inglés, mientras que un 22,5% de las ayudas se destinaron a obras que incorporaban el catalán, de las cuales el 10,6% fueron para filmes en versión original sólo en catalán.
La literatura
En el terreno literario, durante el 2018 se tradujeron al catalán 154 libros de 53 editoriales con el apoyo de la subvención de la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat. Hay un ligero incremento respecto del año anterior ya que sólo se han traducido 10 títulos más, de 9 editoriales, que en el 2017, pero, en cambio, es muy superior respecto del 2016 (25 títulos y 14 editoriales). La Plataforma por la Lengua ha señalado que el consumo de libros en catalán sigue siendo minoritario.
Según el estudio Hábitos de lectura y compra de libros en Catalunya 2017 de la Generalitat, sólo el 27,8% de la población lee habitualmente en catalán, mientras que el 68,3% lo hace en castellano y el 3,9% en otros idiomas. Y en el 2018, tal como se desprende del Informe de hábitos de lectura y compra de libros de España del 2018, sólo el 28,2% de la población de Catalunya declara haber leído el último libro en catalán.
La lengua
En el terreno lingüístico, 24.000 personas se inscribieron a los cursos de catalán del Consorcio para la Normalización Lingüística en septiembre del 2018. Según la Plataforma por la Lengua comporta un aumento del 13% de las inscripciones a los cursos iniciales, que son aquellos dirigidos a personas sin ningún conocimiento de catalán, y del 4% en las de inscripciones a los cursos básicos para personas que quieren resolver habilidades comunicativas cotidianas. El aumento de las inscripciones de nivel elemental ha sido del 15%.
Con este informe, la ONG del catalán pretende concienciar sobre la situación de la lengua catalana y la necesidad de la mejora de su status legal, desde el convencimiento de que el catalán tiene que ser la lengua común y se tiene que convertir en el eje vertebrador de la diversidad social y cultural.