Desde este domingo el futuro del planeta se debate a Glasgow, a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), la cual se alargará hasta el 12 de noviembre. Estados, regiones, municipios, empresas y ONG están convocadas a cerrar una estrategia común para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Se trata de la vigesimosexta Conferencia del Clima que reúne en los miembros de la Convención del Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (UNFCCC). Después de los naufragios de las dos conferencias anteriores a Chile y Madrid, esta se presenta como una de las últimas oportunidades para mantener los mínimos fijados por el Acuerdo de París, que fijan el aumento de la temperatura global en 2 grados y, en un caso ideal y de perfecto cumplimiento de las restricciones de emisiones, en 1,5 grados.

Entre los centenares de delegaciones de gobiernos estatales, regionales y municipales que se congregarán en Glasgow está la delegación del Gobierno catalán, encabezada por la consellera de Acción Climática, Agricultura y Agenda Rural, Teresa Jordà. Catalunya no se presenta sola al desafío que supone la COP26. La ve y el proyecto catalán se engloba en el de la coalición Under2, la cual se encuentra bajo el paraguas de la organización internacional Climate Group, de la cual Catalunya es miembro. En un frente común con otros gobiernos de todo el mundo, Catalunya se presenta a la Conferencia defendiendo el cumplimiento del Acuerdo de París, el objetivo de cero emisiones de cara al 2050 y con los deberes hechos.

Objetivos claros y colectivos

La coalición Under2 aglutina una amplia comunidad de gobiernos estatales y regionales comprometidos con el cumplimiento de los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París, entre los cuales les encuentran no solo no superar el calentamiento global de más de 2 grados, sino hacer todo el posible para limitarlo a los 1,5 grados. Para tal cosa los miembros de la coalición se conjuran por alcanzar las cero emisiones netas en el 2050 o antes.

Catalunya es uno de los signatarios fundadores de esta coalición impulsada por los gobiernos de California y Baden-Württemberg, la cual actualmente agrupa más de 260 gobiernos de todo el mundo. Conjuntamente, la coalición representa a 1.750 millones de personas y el 50% de la economía global.

Juntas las diversas regiones y estados pretenden defender alcanzar la neutralidad de carbono, es decir, emitir tanto carbono a 'atmósfera como lo que se retira de este gracias a las plantas, para el año 2050 o incluso antes.

También, y más importante para países como Catalunya, los miembros de Under2 sacan una campaña para reivindicar y visibilizar el papel de la tarea regional en la ejecución de políticas climáticas. Desde la Conselleria de Acción Climática reivindican el papel crucial de la acción local en la lucha contra el cambio climático, un mensaje compartido con sus socios en la COP26.

Desde los ámbitos locales es desde donde se ejecutan y se supervisan las acciones que materializan los acuerdos que toman los Estados, es por eso que defienden que estos tengan un papel más relevante en ámbitos como la gestión de la financiación que hace posible luchar contra el cambio climático. Además, tienen una gran arma a favor suyo, ya que exponen que al ser administraciones públicas su gestión de los fondos para el cambio climático es más fácilmente fiscalizable.

Con los deberes hechos

La lucha contra el cambio climática ha ido ganando más presencia en los últimos años en el seno de los diversos Governs de la Generalitat que se han ido sucediendo. El Govern del presidente Pere Aragonès no es una excepción y sin ir más lejos recientemente presentaron su "hoja de ruta" para afrontar el reto de la transición energética. Entre las acciones que recoge el proyecto del actual Ejecutivo se encuentra la modificación del decreto de energías renovables, la cual fue aprobada por el Gobierno el pasado sábado y la cual es "tan solo el primer paso", según la consellera Jordà.

 

La consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante la presentación de la hoja de ruta catalana para la transición energética / Montse Giralt

Pero Catalunya no solo está cumpliendo con los compromisos de reducción de emisiones de gases con efecto invernadero, sino que lo está haciendo holgadamente. Según una querida de la Conselleria de Acción Climática, el año 2020 se redujeron las emisiones un 33% con respecto al año 2005 y un 12,4% en relación con el 2019. Por primera vez se ha conseguido estar por debajo de los niveles de emisiones inferiores al de 1990. Desde la Conselleria recuerdan que todavía no son las cifras definitivas y que el año 2020 estuvo marcado por una reducción de la movilidad. Sin embargo son una buena tendencia hacia el objetivo de 2050.

Contexto hostil

Mientras países como Catalunya se ponen al día con sus responsabilidades con respecto a la gestión de la crisis del clima, otros ponen todas las trabas a su alcance para cumplir con el Acuerdo de París. La COP26 llega en medio de un llamamiento desesperado a la ONU para que se respeten los objetivos fijados para minimizar el desastre climático hacia el cual nos encaminamos.

Hay actores como la Unión Europea llegan con la intención de alcanzar acuerdos más ambiciosos para reducir las emisiones de carbono, pero otros se resisten a adoptar solo medidas. Hay varios perfiles de países que se oponen a aumentar sus compromisos climáticos. Por una parte, aquellos que han acumulado derechos de emisión de gases de efecto invernadero, como Rusia y Australia.

Entre los opositores a más medidas para frenar la crisis climática también encontramos a los productores de energías fósiles, como Arabia Saudí. Finalmente, también hay oposición por parte de aquellos que no tienen capacidad para ser grandes productores de energías renovables, principalmente por su orografía. Un ejemplo es Polonia, quien ya han dejado clara su reticencia a más medidas. Una negativa más a su cruzada contra la Unión Europa.

 

 

Imagen principal: Se Sienta de la Conferencia por|para el Clima a Glasgow / Twitter