La COP27 ha finalizado con la aprobación de la creación de un fondo para financiar pérdidas y daños a países en desarrollo "particularmente vulnerables" a los efectos del cambio climático. Se trata de una demanda histórica de estas naciones amenazadas por el calentamiento global. Pues bien, en sesión plenaria, las partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por las siglas en inglés) reunidas en la 27.ª cumbre del clima en Sharm el Sheij (Egipto), han aprobado un nuevo mecanismo de financiación de compensaciones económicas a los estados más afectados por el cambio climático.
La propuesta, que todavía se tiene que acabar de detallar, apoya la "solución mosaico" que pedía el bloque negociador de la Unión Europea, entre otros países. Esta "solución mosaico" apuesta por recurrir a nuevos instrumentos financieros para ayudar a costear los daños después de fenómenos extremos relacionados con la crisis climática, además de crear un nuevo fondo en el marco de la UNFCCC.
Cabe decir que el fondo es uno de los puntos de fricción en las negociaciones climáticas entre los países que han participado en la COP27. Inicialmente, los países en desarrollo exigían este fondo mientras los desarrollados se mostraban reticentes. Pero, finalmente, ha sido aprobado por casi 200 países participantes en la cumbre.
La COP27 ratifica el Plan de Implementación
La COP27 también ha ratificado el Plan de Implementación de Sharm el Sheij. Se trata de una declaración política sin efectos vinculantes que recoge las propuestas consensuadas por las partes para contener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados de temperatura media en el 2100 con respecto a los niveles preindustriales. El objetivo es evitar peores consecuencias climáticas, tal como aconseja la comunidad científica y manifiesta el Acuerdo de París.
No obstante, las propuestas incluidas en el apartado de mitigación del Plan de Implementación de Sharm el Sheij sobre reducción de emisiones de gases invernadero no aporta demasiados cambios sustanciales desde el Pacto de Glasgow, el acuerdo con que concluyó la cumbre pasada del clima COP26. Esta falta de avances ha sido criticada por organizaciones ecologistas y también por la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Concretamente, el Plan de Implementación de Sharm el Sheij anima a los países a reducir progresivamente la generación de energía a partir del carbón (en plantas que no tengan tecnologías de captura de carbono) y a abandonar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles, petición que ya estaba plasmada en el texto de Glasgow.
Finalmente, el Plan de Implementación también reconoce la puesta en marcha de la Red de San Jaime, un programa de asistencia técnica para minimizar las pérdidas y los daños causados por los efectos adversos del cambio climático, un sistema paralelo al fondo para ayudar económicamente a los países más perjudicados por el cambio climático.