Durante el confinamiento provocado por el coronavirus, quien más quien menos ha dedicado unas horas de su día a la cocina. Quizás haciendo pasteles, bizcochos, pasta o pan. O quizás se ha teñido el pelo o se ha hecho mascarillas faciales o incluso, las uñas. Estas semanas, pues, quizás hemos hecho cosas que antes no hacíamos o bien porque no teníamos suficiente tiempo o bien porque no nos apetecía. Ahora bien, ¿estos nuevos hábitos que hemos adquirido durante el confinamiento los seguiremos teniendo después? ¿Cambiaremos la manera de actuar que tenemos?
Todavía es pronto para poder sacar conclusiones claras pero huele a cambio, por tímido que sea. "Habrá cambios en el consumo, pero habrá que ver cómo se consolidan una vez pasado el confinamiento", explica la directora del posgrado de Inserción Laboral de la Facultad Pere Tarrés y responsable de formación e inserción en Cáritas, Desireé Garcia. "Ha habido un cambio, sobre todo, teniendo en cuenta cómo ha aumentado la franja de gente que accedía al consumo online. Lo han hecho por esta situación y habrá que ver si, una vez pasada, se mantiene" y subraya que no sólo ha aumentado la franja de edad sino también la compra de productos con los que hasta ahora no se tenía suficiente confianza. "Todos estamos en casa y por lo tanto, cambiamos la manera de comprar. Antes quizás sólo hacíamos una comida en casa y ahora las hacemos todas, tenemos que pensar menús", ejemplifica la profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC Ana Isabel Jiménez-Zarco.
Pero no sólo se han detectado cambios en la manera de comprar. También con el que hemos comprado durante estos días. "Primero compramos elementos de primera necesidad: legumbres, verdura, fruta... Ahora tomamos el vermú en casa, por lo tanto consumimos en casa lo que antes consumíamos fuera. Y por otra parte, ha tenido lugar el reencuentro con la cocina", detalla Garcia. Ahora bien, también ha habido escasez y inquietud por comprar mascarillas y gel desinfectante o papel de váter y de cocina. Según Jiménez-Zarco hemos comprado por etapas. "Cuando ya tenemos aquello básico en casa, hemos comprado otras cosas que también nos apetecen, porque sabemos que aquello básico que creíamos que no tendríamos por falta de abastecimiento, ya lo tenemos".
"Estamos más en casa, eso se nota", exponen las dos. Y precisamente por eso, pone de manifiesto que "la juventud que quizás hacía un consumo externo ahora lo hace en casa. Así, en este sentido, hay un cambio de orden de prioridades", dice Garcia. La situación actual también ha comportado y comporta mucha incertidumbrepor el mundo que nos encontraremos cuando salgamos al exterior, la afectación económica de esta crisis y, por qué no decirlo, incertidumbre laboral. De esta manera, expone que "gastamos más porque hacemos compras mayores pero compramos menos veces que antes, y valoramos mucho más aquello que es esencial".
¿Qué impacto tiene en el comercio local?
"Quien nota más este cambio de comportamiento es el comercio local. La mayoría del comercio local ha pasado por ERE o ERTE y quien acaba aguantando es quizás una franquicia o una cadena", comenta; a pesar de que asegura que algunos están consiguiendo reinventarse o transformarse con las ventas a domicilio o comidas preparadas.
El comercio local también se puede ver afectado por el incremento de las compras online que habría subido cerca del 70%. "Habrá que ver qué pasa cuando se pueda volver a salir con normalidad y si la gente conserva estos hábitos adquiridos de compra online o vuelven a ir a las grandes superficies", remarca Jiménez-Zarco. "Quizás no se mantenga el volumen actual pero seguro que se notará el aumento del consumo".
Sin embargo, cree que puede suponer un pequeña oportunidad para el pequeño comercio. "Hay cierto miedo a salir a la calle y quizás ir a la frutería del lado casa no me da tanto porque no es una gran superficie masificada, y por lo tanto, se genera una relación de confianza con el cliente".
¿Y después qué?
"¿Los cambios han venido para quedarse? ¿Cómo nos comportaremos cuando empiece el desconfinamiento?", se pregunta Garcia. "También ha aumentado el consumo de vitaminas porque no tomamos el sol o porque no hacemos suficiente ejercicio. Parece que ahora valoramos más nuestra salud".
Sin embargo, ¿qué pasará cuando podamos salir? ¿Cómo nos comportaremos en espacios cerrados como las grandes superficies? ¿Dónde queda la confianza de las personas? De momento, todas estas preguntas no tienen respuesta, pero Garcia subraya que el confinamiento provocado por el coronavirus deja un par de palabras clave "incertidumbre" y "capacidad de adaptación". Tal como explica, el confinamiento ha dejado entrever un cambio de valores interno pero también externo. "Las personas lo que valoran a la hora de consumir es cómo se comporta la empresa. Que se dé apoyo a comedores sociales, por ejemplo, se valora más que nunca porque hay una sensibilización que se ha agudizado porque se piensa 'me podría encontrar yo también en esta situación'".
Séptima semana de confinamiento. Todos hemos expresado alguna vez que tenemos ganas de reencontrarnos con las amistades y familiares. O volver al gimnasio. Sin embargo, ¿qué haremos cuando nos encontremos por primera vez? "Quedar para tomar el vermú quizás será una actividad de riesgo. Cuando salimos, no vemos aquello que podemos coger. Por lo tanto, tenemos ganas de salir y reencontrarnos, pero ¿lo haremos? ¿Iremos a un restaurante el primer día?", se pregunta.
"Muchos gimnasios se están adaptando a la situación y están ofreciendo clases vía Instagram o a través de otras plataformas", puntualiza Jiménez-Zarco. "Quizás no querré volver al gimnasio cuando se levante el confinamiento o quizás iré un par de días y los otros días haré las sesiones desde casa. De hecho, muchas marcas deportivas se están adaptando y han hecho promociones de ropa o de aparatos para hacer deporte en casa".
La palabra "responsabilidad" se ha ido repitiendo también en las últimas semanas. "Si hay un rebrote, el confinamiento se alargará, por lo tanto, los hábitos que estamos adquiriendo también se consolidarán. Quizás tenemos que reflexionar sobre el sistema económico que tenemos, basado en una producción en massa. Otra reflexión que abre la puerta la situación actual es sobre el turismo. Cuando pasan estas cosas te das cuenta de la importancia de tener una economía diversificada", sentencia Garcia.