A pesar de la evolución favorable de los datos que llegan día a día, hay que tener en cuenta algunos elementos a la hora de dibujar la radiografía real de la situación. Mientras los gráficos oficiales que distribuye el Gobierno hablan de poco más de 27.000 defunciones en España con coronavirus, la Organización Mundial de la Salud eleva la cifra a 29.858, tal como puede comprobarse en este enlace. Son 2.731 víctimas mortales más de las que ha reportado el ministerio de Sanidad, que reconoce que los datos son inconcretos.

En paralelo, ya hace días que el máximo responsable de procesar las estadísticas, Fernando Simón, deja caer en sus comparecencias que en realidad podría haber "unos 28.000 muertos". Ahora hace justo una semana, el registro civil apuntaba que entre marzo y mayo hubo un exceso de 43.000 fallecidos en España. Un 55% más de mortalidad de lo que es habitual en esta época.

Los números del ministerio siguen sin cuadrar con los que facilitan cada día algunos gobiernos autonómicos. El caso más próximo es el de Catalunya, pero pasa con otros territorios como Madrid, Euskadi, Castilla y León o las Baleares. Este hecho se explica por la divergencia de criterios a la hora de hacer los recuentos. El Gobierno únicamente contabiliza los casos positivos y las defunciones que se han sometido a una prueba PCR que confirme la presencia del virus.

Cada día desde el inicio de la pandemia se ha producido un desfase entre lo que reportan las comunidades y lo que acaba publicando el ministerio. Y eso dificulta absolutamente la posibilidad de tener una fotografía real.